70°

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Lizzie.

—¿Te quedarás en mi habitación? —pregunté tomando la cintura de la rubia. Scarlett asintió sin soltar su agarre de mi cuello.

—Por supuesto, no quiero desperdiciar ni una sola noche a tu lado, cariño...

Los apodos amorosos habían aumentado. Honestamente no imaginaba que Scarlett sería tan dulce como pareja, sin embargo he comprobado que lo es, y disfruta serlo. Eso me fascina.

—Me gusta eso... No quiero despegarme de tu lado... Admito que disfruto abrazarte por la noche y encontrarme contigo en mi pecho por las mañanas...

Scarlett sonrió, se puso de puntillas y sus labios cubrieron los míos con un beso. He estado toda la mañana separada de ella, llegamos temprano y tuvimos que marcar distancia, ella fingió no notarme en la cafetería y yo la he saludado justo subiendo por la escalera mientras mis mejores amigos se burlaban por lo bajo.

Le he dejado una nota a James antes de irme, Scarlett y yo hemos roto un florero en la diversión apasionada de la mañana.

—No me tientes, Elizabeth... O me recostaré en tu pecho ahora, no te dejaré huir.

Mordí mi labio inferior y empujé mi pelvis contra la suya.

—Necesito que me leas algo hoy antes de dormir...

—Y luego haremos el amor.

Me sonrojé.

No es que me disguste o me ponga tímida al hablar de sexo, pero también sé que Scarlett ha estado muy intensa y lo disfruto, aunque luego esté cansada debido a su ardiente deseo por disfrutar.

—De acuerdo... Acepto.

—No quiero ir a mi habitación, pero seguramente tus amigos vendrán y  no quiero que me descubran aquí... —murmuró sin apartar sus labios de mi cuello.

—No quiero que te vayas... Los veo toda la semana...

—Pero no pueden verme aquí...

Suspiré.

—¿Es incómodo para ti que ellos lo sepan? —pregunté insegura.

No creía que Scarlett fuese del tipo de mujer que desea esconder su relación... Ella no es él, y claramente no los voy a comparar, pero... Necesito  disipar esa duda antes de que mi cabeza lo sobrepiense.

—No, no me incomoda, sin embargo... Tengo una posición aquí, que no deseo que ellos... —se detuvo — no me gustaría que crean que soy su amiga, porque sigo siendo una maestra.

—Ellos lo tienen claro.

Scarlett no dijo nada. Me observó en silencio.

—¿Hace cuanto saben?

—Una semana... Bueno, Florence. Elliot sabía desde antes, porque él y yo somos más...

—¡Lo he notado! —me regañó —. No pueden quedarse tranquilos en mi clase.

—Tenemos energía...

Ella sonrió. Me besó.

—Lo sé... Pero deben calmarse, no me gustaría tener que enviarte a dirección otra vez y que creas que eso tiene algo que ver con...

—Jamás creería que tienes algo en mi contra o deseas marcar una distancia, créeme que no pienso así de ti, Scarlett.

—Te quiero... ¿Sabes? A veces me gustaría... —comenzó observando la habitación — saber a cuantas chicas amaste antes, para entender cómo llegaste a ser... Lo que eres ahora.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora