44°

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Lizzie.

—¡No me lo dijiste! —Ryan empujó a Tom con molestia —. Eres un jodido traidor.

—¡¿Traidor?! ¡Guardé tus putos secretos por años! No te debo nada.

—¡Ella está aquí y tu...!

—¡Ni siquiera sabía que Scarlett era tu esposa, Ryan! ¡¿Crees que habría permitido que ella...?!

—Tom.

Mi voz logró que ambos voltearan rápidamente. Están alterados, Ryan apartó la mirada de mí, Tom no dijo nada.

—Tom, ¿qué hace él aquí? — pregunté rápidamente.

Él no dijo nada, simplemente me observó con un pánico notorio.

—Lizzie, te juro por Dios que yo no sabía de él y Johansson.

—¿Por qué no te atreves a verme a la cara? — pregunté observando al castaño.

Él se dio la vuelta. Nuestros ojos conectaron. Todas las veces que desee que esto ocurriera, no pasó, y hoy que estábamos delante del otro, parecía absurdo.

¿Alguna vez practiqué un discurso? Seguro que sí, cuando estaba profunda e irremediablemente enamorada de la idea que tenía de Ryan.

Hoy lo veo claro.

—¿Qué haces aquí?

—Tom, vete —habló Ryan.

—No — dijo él quedándose delante mía. Está estático.

—Vete, Tom —pedí yo.

Él negó un par de veces, pero tomando con mis puños cerrados su camisa, lo acerqué a mí.

—Necesito hacer esto sola.

—Cariño, sabes que...

—Sé que esto tiene que ocurrir, y aunque no tengo la cabeza fría, me culparé sola luego. Vete, por favor.

Tom suspiró, se giró dos segundos a Ryan.

—No te atrevas a pasar los límites, Reynolds.

Besó mi cabello y casi sin querer alejarse, se fue. Ryan y yo, solos otra vez.

Absolutamente incómodo.

—¿Cómo estás? Ha pasado mucho. Has cambiado —comentó inseguro. Casi no me veía a los ojos.

—¿Por qué le hiciste eso? —pregunté molesta.

Él levantó la cabeza por primera vez en todo este tiempo.

—¿De qué hablas?

—Scarlett no era ni está cerca de ser la jodida bruja manipuladora que me hiciste creer que era.

—¿Es en serio? ¿Pelearás por ella? ¿No extrañaste ni por un segundo lo que fuimos?

Su voz grave parecía ser el eco más molesto de una ola de mar que golpea en una cueva cuando no tienes salida, incluso peor que eso... Una gotera insistente cuando deseas dormir.

—¿Acaso escuchas lo absurdo que suenas? ¡Es la madre de tus hijos!

—Amo a mis hijos, y lo sabes, por ellos jamás me separé de Scarlett, para darles...

—¡Deja de mentir! ¡¿Crees que luego de conocer a Scarlett voy a creerte?!

Se sonrojó.

—No la conocías en aquél momento, yo...

—Ella no es una mala mujer, Ryan. Eres un imbécil.

—¡Ella no es la única víctima aquí!

—Yo también lo fui, ¿no? Pero pareciera que tengo casi la misma maldita culpa que tú.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora