Laguna negra |Scarzzie|

3°

Lizzie.

—¿A qué creen que me refiero cuando menciono la literatura desde un punto de vista más religioso? — comenzó el maestro Scott avanzando por el salón. — no me refiero a que sólo existiera la literatura religiosa en un inicio... Pero claramente marcó un periodo importante, ¿alguien que sepa por qué?

Levanté la mano.

—Sí. Me ayudas con tu nombre, por favor.

—Lizzie. — dije rápidamente. Él asintió.

No es que Elizabeth me molestara, de hecho no, pero  Lizzie me hacía sentir más cómoda.

—Entonces, ¿qué opinas Lizzie?

—Los religiosos eran gente más cercana al entendimiento, tenían bibliotecas enormes y censuraban lo que iba en contra de sus creencias, luego... Considerando eso, está claro que fuesen gran parte de lo que se encuentra escrito a día de hoy.

Él sonrió.

—¿Me repetirías tu nombre, por favor?

—Elizabeth. Lizzie. — dije rápidamente.

—Lizzie nos ha dicho algo importante. — unió sus manos delante de su pecho.

Es bajito y pelinegro, se ve de unos... ¿Treinta?

—Considerando todos los datos de la forma en que lo hizo, tenemos la primera parte de los periodos medievales escritos. La literatura era algo de los clérigos, pero también existía un pueblo al que podemos atribuirle ciertas características, y es algo en lo que muchos escritores pueden estar de acuerdo.... Lo importante es el público y la forma en que nos acercamos a ellos. El lenguaje que utilizamos y...

Dejé de prestar atención en ese momento porque la lista de la clase en dónde debía firmar, no se encontraba mi nombre.

Dejé que siguiera su rumbo sin cuestionarlo mucho más. He entregado la forma, quizá es un problema de fechas.

La clase siguió su curso, estuve escribiendo algunas ideas y luego de eso, el maestro Andrew agradeció la total asistencia... ¡Excepto por mí! Faltaba yo.

—¿Te han gustado las clases del maestro Andrew? — preguntó Robbie acercándose a mi pupitre. Le sonreí.

—Hey, ha sido divertido. — dije observando a mi maestro guardar las cosas en su bolso. — ¿Todo bien? ¿Tom te ha dicho algo? — pregunté preocupada.

Florence se acercó a ambos y Robbie negó.

—Todo bien.

—Hey. ¿Vamos por un café?

—Adiós, muchachos. Dejen la luz apagada. — dijo el maestro, pero lo detuve.

—Maestro Scott. Debo hablar con usted. — me acerqué hasta él y se detuvo sonriente.

Es esa clase de personas que conoces y notas el aura mágica que poseen. Un alma bondadosa... No lo sé.

—Claro... — entrecerró los ojos como recordando algo. — Elizabeth. — sonrió. — Lizzie. — se corrigió. — muchas gracias por tu participación en la clase, no suelo tener alumnos tan despiertos un lunes a las ocho de la mañana.

Reí.

—No hay de qué. Me gusta la literatura... — observé su rostro unos segundos. Odio el contacto visual. — bien, a lo que iba... Mi nombre no está en la lista de su clase. — dije rápidamente.

Él enarcó una ceja y abrió su carpeta para enseñar la lista.

—Apellido.

—Olsen.