58°

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Scarlett.

En cuanto entré en la habitación, sentí que todo lo que había trabajado estos meses, funcionaba.

Observé mi móvil, y solo por probarlo, me conecté a la red, y funcionó. Ella aún la mantenía activa o me conocía demasiado bien.

—La señorita Elizabeth está muy linda —mencionó Elliot. Yo sonreí — ¿A qué sí?

—Muy.

Rose dormía plácidamente en la pequeña cama de abajo. La litera es grandiosa para ellos, Tom tardó toda la mañana en instalarla, pero sé que mis pequeños lo agradecen.

Observé los mensajes en mi móvil. Mi terapeuta agradecía la confianza que tenía para continuar mi tratamiento con ella, al menos una vez cada dos semanas viajaré hasta la ciudad a algún lugar apartado para conseguir mis sesiones en paz.

—¿No crees que ya es hora de dormir, amor?

—¿Por qué? Ya no hay escuela, no tengo que dormir e irme...

—Tú no, pero mamá sí. Debo trabajar y ajustar mis horarios de la otra semana, además, sabes bien que no se quedarán sin hacer algo, hay muchísimos talleres por tomar y el señor Cumberbatch dijo que los guiará mañana.

Él bufó. Acaricié su cabello.

—¿Qué? —pregunté y él sonrió —. Anda, deja de quejarte y a la cama, amor.

Él asintió.

—Ve al baño, te espero.

Mi pequeño corrió con su pijama en mano, me senté a los pies de la cama de mi pequeña y observé este sitio. Tom ha dicho que tuvieron que hacer reparaciones en la habitación luego de que encontraran a un intruso, no explicó demasiado, pero eso fue suficiente para que me preocupara un poco.

—¡Ya, ya, súbeme! —pidió estirando sus bracitos. Sonreí.

Tomé a mi pequeño y lo subí hasta su cama. Tiene escalera, y sirve como guardarropa dentro de cada cajón, es multiuso, por lo que aproveché a sentarme en ella mientras mi hijo se cubría con sus sábanas.

—¿Vas a dormir ya mismo? —pregunté.

—Ajá. Buenas noches, mami.

—Buenas noches, amor...

Besé su cabello y apagué las luces. Me senté sobre mi cama unos minutos a navegar por WhatsApp.

Los mensajes de Jenn y de Sandra, ambas eran dos mujeres grandiosas que me permitieron acercarme a ambas, y a todo el grupo en general. Hicimos buenas migas, muy buenas migas.

"Te extrañamos bastante, Scarly. Sandra dice que romperá tu record de margaritas"

Sonreí.

Luego de cada sesión, era un día de bar. Ryan cuidaba de los niños y yo aprovechaba mi experiencia de soltera, ¿hubieron personas? No realmente, sin embargo pude conocerme mejor.

Jennifer me invitó a un par de bares gay, donde tuve experiencias mágicas. El no tener sexo con nadie me hizo pensar que probablemente no sentía atracción física por las mujeres, pero en mis momentos de soledad solo podía pensar en Elizabeth, y comprobé que si bien me gustan... Necesito un vínculo, Elizabeth es ese vínculo.

Las chicas y los chicos por igual, me provocan lo mismo, me atraen bastante, puedo tener algo de una noche con un hombre y lo sé porque lo tuve con Andrew, pero esta vez... No pude, no quería, y las oportunidades se presentaban siempre. En cada bar al que iba, algunos ex estudiantes de Ryan o míos, a los que conocí en mis primeros años de enseñanza cuando ellos estaban por acabar la escuela, se acercaron a mí de formas muy libres a proponerme tener sexo, y no podía. No sentía ganas de eso.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora