30°

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Scarlett.

La librería no era demasiado amplia. Pueblo pequeño, no esperaba mucho, aunque tampoco un vacío como este.

Están apartados de muchas maneras.

Me metí en la zona más recóndita de la vieja biblioteca. El olor a humedad y páginas casi despegadas del cartón eran una mezcla perfecta entre lo que buscaba en un libro. Me gustan los libros viejos, y sin embargo el olor a libro nuevo es mi favorito.

-Comencemos a buscar... - susurré observando cada portada.

Lo erótico no era muy del gusto de esta librería. Eso acababa de notarlo, sin embargo si era de mi gusto, necesitaba encontrar algo para poder leerlo.

Tomé un libro de portada grisácea. Letras doradas y algo gastadas. Observé la descripción y lo llevé hasta la caja, tomé un par de revistas para disimular la compra y algunos lápices que eran necesarios para corregir exámenes. He perdido la mitad, mi orden nunca ha sido realmente bueno, creo que por eso no encajo en el perfil que la madre de Ryan hubiese amado.

-Diez dólares.

Enseñé la tarjeta, pagué con eso y luego salí de allí escondiendo el libro en mi abrigo. Lo dejé en el asiento de copiloto. La ciudad se ve realmente oscura con tanta neblina.

Tomé el móvil y noté que tenía tres llamadas perdidas. Dos de Hiddleston y una de Ryan.

Marqué el número de Tom para quitarme la duda de eso antes que hablar con mi esposo.

-Hey. ¿Ocurre algo?

-Carretera cerrada por neblina. Te recomiendo dormir en un hotel por esta noche, mañana podría ir a recogerte temprano en caso de que la neblina siga, pero hoy no podría salir ni siquiera con el mejor equipo de iluminación.

Suspiré.

Perdería mi día domingo descansando allí y probablemente mis clases de lunes por la mañana, pero sinceramente no me molestaba del todo.

-De acuerdo, buscaré un hotel. Habla con Benedict por mis clases del lunes, necesito que alguien me reemplace.

-Le diré a Andrew. No tendrá problemas en unir las clases, ya lo hizo alguna vez.

-De acuerdo.

Luego de despedirnos y que Tom me deseara un buen día, conduje hasta conseguir un hotel decente en la ciudad. Es realmente un pequeño pueblo, no hay demasiado.

Incluso el hotel parece mucho más una casa con habitaciones rentadas que un hotel real.

-Desayuno a las nueve. Ducha a las ocho y treinta. No más.

Asentí y la señora de aspecto tosco salió de la habitación. Observé la cama, al menos se ve higiénico.

Dejé mis cosas sobre la cama, cartera, abrigo, libro y móvil. Tengo hambre, tal vez debería ir a comer algo... Llamaré a Ryan antes.

Observé el móvil que había caído sobre el libro. Erotismo femenino... Diferentes relatos, y deducía que uno traería alguno lésbico. Sólo quiero entender...

-No es raro, Scarlett. Tienes veintisiete años, ¿cuál es el problema? Ninguno. Está bien.

Marqué el número de mi esposo. Esperé unos segundos antes de oírlo tomar la llamada.

-Amor. Hola, ¿qué tal estás?

-Ryan, ¿qué tal? ¿Los niños?

-Estamos en casa de mi madre.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora