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🐶

Apoyo mis manos en el sofá cuando Jimmy me empuja ahí, bajándose el pantalón.

Ni siquiera me ha preguntado, me besó apenas abrí la puerta de mi departamento.

Supongo que quizás quería que venga también o no le hubiera dado mi dirección.

—¿Nunca saludas? —le pregunto mirando su cuerpo.

No es para tanto, en serio.

—Hola.

—No vas a follarme de nuevo, con esa educación.

Él resopla, quitándose la ropa interior también.

—No estoy de humor —me dice serio— ¿Puedes desnudarte o tengo que buscar a alguien más?

Abro y cierro la boca, sin responder.

Parece una persona diferente cuando se trata del sexo.

Es más amable fuera de la cama.

—Quiero cogerte, y sé que te gusta, no tengo ganas de tener una charla previa hoy.

No quiere coger conmigo, solo quiere coger.

Es humillante, pero... no quiero mandarlo a la mierda.

Quizás he estado escuchándolo mucho y sé que tiene problemas en casa.

Probablemente ha tenido un día malo y...

Cierro los ojos, al darme cuenta de que estoy buscándole una justificación.

Asiento despacio, y se acerca, jalando mi labio inferior con sus dientes, mientras baja mi pantalón.

Siento el sabor de mi sangre en mi boca, cuando me gira, y ya tengo su espalda desnuda contra mi pecho.

Gruñe cuando entra en mí, hasta el fondo, besando mi cuello.

Volteo a mirarlo, cuando me doy cuenta.

No se ha puesto un condón.

—Jimmy.

—Tengo uno, pero no quiero usarlo —susurra moviéndose un poco y mis piernas tiemblan— ¿Por favor?

Gimo porque me embiste de nuevo, y se siente tan bien.

—Solo hoy, lo prometo, llegaré afuera.

No puedo pensar bien, por lo bueno que está el calor de su pene moviéndose dentro de mí.

Asiento, porque empieza a golpear más fuerte, y me apoyo en la pared.

El sonido del sillón chocando, cubre un poco mis gemidos, que aumentan cuando agarra mis caderas, para meterse más.

—¿Fue una buena idea? —me pregunta dando embestidas pausadas que golpean mi próstata y yo asiento de nuevo.

No sé que me ocurre, cuando habla solo puedo decirle que sí.

Me encanta que me folle así, tocándome como si mi cuerpo le perteneciera.

Llego apenas me toca para masturbarme, y su ritmo es más fuerte durante mi orgasmo.

Maldición.

Es como si supiera exactamente que hacer todo el tiempo.

—Voy a llegar —me avisa casi retirándose, pero lo detengo.

—Hazlo ahí —le pido bajito, y me escucha.

Disfruto tanto cada segundo en que siento su líquido caliente llenándome.

Lo quería así, porque me gusta sentirme suyo.

Sé que es solo físico, pero me gusta.

Al menos en el sexo, quiero que lo tenga todo conmigo.

Su rostro se hunde en mi cuello un rato y sale de mí, sentándose a un lado.

Intento recuperar la respiración, pero me jala hacia él, y me siento rodeando su cintura con mis piernas.

Miro sus labios, cuando pasa sus manos por mi rostro y me sonríe.

—¿Otra vez?

Le doy un beso pequeño en los labios y él me atrapa, metiendo su lengua en mí.

Sus manos pasan por mi cintura acariciándola y me rindo.

Estoy cansado, pero quiero más.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora