Animales || Ohmnanon

64

🐶

Abrazo fuerte mi almohada y Nanon se sienta a mi lado, colocando un vaso de té junto a la cama.

Sé que quiere evitar presionarme con preguntas, y se lo agradezco, pero estoy involucrándolo en esto, y quiero compartirle todo lo que está pasando por mi cabeza ahora.

—¿Comiste ya? ¿Se te antoja algo? ¿Quieres que pida de comer? —me pregunta colocando una de sus manos en mi frente— ¿Estás cómodo con la temperatura? ¿No tienes frío? ¿Le bajo al aire acondicionado?

Mi respiración va más agitada y ya estoy llorando de nuevo, porque pensé que nadie iba a preocuparse por mí.

—No he comido —balbuceo sorbiendo mi nariz y lo veo levantarse rápido, para traer el rollo de papel que tengo en el baño.

—Vamos a cenar —dice bajito mirándome con los ojos brillantes— puedes pedirme cualquier cosa, hoy te dejo escoger la cena.

—Pizza —susurro limpiando mis lágrimas y él asiente.

Camina a la cocina para ver traer su teléfono, y noto que se detiene a ver las pastillas que he comprado.

Solo estoy alargando el tiempo ahora, pero voy a hacerlo.

Me tenso al verlo levantar uno de los papeles que me ha dado el doctor en la revisión a la que fui.

Entiendo que ya se ha dado cuenta, porque lo suelta.

Sus pasos se vuelven lentos y aclara su garganta, regresando a mi cama.

Puedo ver sus dedos nerviosos presionando su teléfono contra su pecho, y me mira al sentarse, con los labios entreabiertos.

—Fue irresponsable —le digo agachando la cabeza.

—Son de Jimmy, ¿verdad? —me pregunta directamente.

—Estoy enamorado de él —respondo quebrándome— es unilateral, fue estúpido creer que iba a enamorarse, y realmente lo intenté, porque él pasaba las noches acá y yo me esforzaba por demostrarle todo lo que sentía, pero es obvio que no fue suficiente, porque me ha dejado.

Me detengo para intentar respirar, y veo en su rostro que no esperaba nada de lo que le estoy diciendo.

—No quiero que le cuentes, no voy a arruinarle la vida —le explico llorando más fuerte— pensé al principio que podría solo, pero son dos y yo no solo no voy a poder evitarles muchas carencias, si nacen nunca voy a poder darles una familia.

—Todos van a darse cuenta, porque son dos leones —dice mirándome y yo asiento.

—Él tomará el lugar de su padre, tendrá una manada perfecta en el futuro con alguien diferente.

—Es su responsabilidad también, dices que te ha dejado, pero este es un tema diferente y no puedes cargar con todo solo.

—Es el hombre que amo —digo con ese dolor fuerte en el pecho que no ha dejado de presionarme desde que se fue— llámame estúpido si quieres, pero no voy a hacerle daño.

—Chimon...

—Nanon, tengo que abortar.

—Pero no es lo que quieres —susurra mirándome a los ojos y tiene razón.

No es lo que quiero.