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Me detengo frustrado, porque mi teléfono no deja de vibrar.

Es imposible mantener una erección con ese sonido al lado.

—Respóndele ya —dice Chimon y yo voy a  hacer un berrinche.

Llevo un rato largo intentando ignorarlo, pero está desconcentrándome.

—No me importa qué tiene para decir, es molesto —respondo sentándome a un lado.

No puedo creer que esté malográndome la reconciliación.

—Voy a tener que acostumbrarme —suelta sonriéndome— dejó de ser el cavernícola de clases, porque es el hermano del hombre que amo.

—¿Lo soportarás por mí? —le pregunto agudizando mi voz y él asiente.

—Sí.

—Te amo —susurro besándolo, pero no puedo profundizarlo, porque me desconcentro, otra vez.

Ambos volteamos a la puerta porque suena, y Chimon se levanta, poniéndose un pantalón.

Pues ya no se coge hoy.

Suspiro estirando mi mano, para alcanzar el teléfono, después de cubrirme.

Voy a ver qué tanto quería decirme Ohm.

—¿Qué haces acá? —pregunta Chimon al abrir y yo giro a ver.

Es Ohm.

Sí, definitivamente él arruina mi vida.

—No puedes matar a dos animales en peligro de extinción —le dice señalándolo con un dedo y yo cubro mi rostro con una mano.

El literalmente lo peor que puede decirle a alguien que quiere abortar.

—Ohm, basta —digo alto y él voltea.

—Oh, hola Jimmy —responde saludándome con una mano.

—Lo siento, lo siento —dice Nanon entrando también— es que no quieres hacerlo, y quería encontrar la manera de ayudarte, para que no los pierdas.

—¿Contándole a tu novio semi analfabeto?

—Pensé que podía hablar con Jimmy —responde acercándose, pero sigo oyéndolos— ¿Ya no sigue siendo un idiota o por qué está en tu cama?

—Ya no soy un idiota —digo yo levantando la mano— y nadie va a matar animales en peligro de extinción.

—Jimmy —se queja Ohm sentándose a mi lado y Chimon me mira mal a mí— necesito saber el contexto de todo, no estoy entendiendo nada.

Es que mi hermano no necesita una invitación para meterse, porque siempre está avergonzándome.

—Te voy a contar en casa.

—¿Podemos pedir algo de comer? —le pregunta a Chimon y yo lo golpeo— ¿Qué?

—Tus modales, Ohm.

—Es cierto —responde volteando de nuevo— ¿Podemos pedir algo de comer, por favor?

—Sí, yo puedo llamar —le dice Chimon cerrando la puerta y le sonrío.

No se lo he dicho, pero sé lo mucho que se esfuerza por mí, y yo lo amo tanto.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora