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Me siento frente a Jimmy en el comedor, y levanta la mirada de su teléfono al notarme.

Creí que no habíamos peleado realmente, porque nuestra discusión no terminó con nosotros golpeándonos, como suele pasar, pero después de hablar con papá, ha estado evitándome.

Y me molesta que no quiera decirme lo que ocurre.

—Compre dos —le aviso colocando un jugo a su lado y él suspira.

—Gracias.

Pongo mi bandeja ahí, y muevo mis dedos en la mesa, porque voy a preguntar.

—¿Tengo que disculparme por algo?

—No —dice abriendo la botella.

—Dime ya —insisto haciendo un berrinche.

—Tienes que crecer, ya no eres un niño, Ohm.

—Lo sé.

—Tú tomaste la decisión de aceptar la sucesión.

—Ya sé —repito cruzando los brazos.

—No quiero presionarte, pero me agotan los problemas que me causas —agrega agarrando mi botella y la abre para mí— a veces solo quiero irme de casa.

—Bueno, yo no quiero que sigas ahí por mí —respondo apoyándome en la mesa— nunca has podido tener la libertad que quieres porque existo ¿o no?

—No la he podido tener porque te amo, Ohm.

—Pues solo vete, yo puedo.

—No puedes —responde levantándose— sin no estoy ahí, va a ir contra ti.

—Jimmy...

—Estoy cuidándote, pórtate bien.

Va a irse, pero agarro su brazo y él suspira.

—¿Qué?

—No te vayas, odio comer solo.

Sonrío un poquito, porque retrocede, y se queda como siempre que le pido algo.

—Yo sé —responde sentándose— tengo la cabeza llena de datos innecesarios sobre ti.

—Por favor, ¿puedes volver a actuar como si no me odiaras?

—Yo no te odio y nunca voy a odiarte, no seas tonto.

—Soy tonto, pero soy tu hermanito también.

Él sonríe, por fin.

—Te cambiaría por una hamburguesa, si pudiera —dice agarrando mi cuchillo y corta la carne de mi plato en pedazos pequeños.

Siempre lo hace, porque soy chiquito.

Mientras espero, veo la pantalla de su celular cuando se enciende y es un mensaje de Nanon.

—Y —alargo aclarando mi garganta— ¿De qué están hablando ustedes dos? ¿Muy amigos?

—De hecho lo somos, y estamos hablando de su cumpleaños.

—¿Qué?

—Es el viernes, le he sacado la información, pero no he podido convencerlo de ir a dar una vuelta por ahí —responde empujando mi plato hacia mí— Nanon odia su cumpleaños, no quiere un regalo, ni un abrazo, solo... me ha pedido que lo ignore o va a enojarse.

Asiento mirando a la mesa, porque comprendo.

Bueno, a mí no me ha prohibido algo, así que conmigo no va a enojarse.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora