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Mi entrenamiento nocturno se ha alargado, porque no quiero regresar a casa.

Doy vueltas cerca de la casa de Chimon, convenciéndome de dejarlo en paz.

Actué como un idiota con él, para que no le cueste soltarme.

No creo que pueda seguir amándome después de lo que le hice, y es lo que quiero.

Si me odia, va a estar bien más rápido.

Por eso, lo correcto es mantenerme lejos, pero siento que voy a volverme loco, si no lo veo.

No me había enamorado antes, no sabía que se podía sentir tanto por alguien.

Intento hacerme daño físicamente para desviar mi atención de la presión que tengo en el corazón, pero no funciona.

Es como si ya no pudiera herirme, porque estoy completamente roto.

Miro mi teléfono porque suena, y está Ohm en la pantalla, pero no quiero hablar ahora.

No es él, soy yo.

Cruzo la calle, metiendo mis manos en mis bolsillos, y entro, para subir a su piso.

Debería irme ahora, pero no puedo.

Es más complicado de lo que creí.

Llego a su puerta y me detengo, antes de tocarla.

Es que no debo hacerle esto.

Ya decidí soltarlo, no voy a confundirlo diciéndole lo que siento, para irme otra vez.

No puedo incluirlo en mi vida.

Retrocedo sentándome en las escaleras, y miro la sangre en mis manos.

No estoy permitiendo que mis heridas sanen, porque sigo exigiéndome entrenar.

Levanto la cabeza asustado, porque se  abre la puerta.

Su mirada pasa de la sorpresa a la preocupación y se acerca a mí, agachándose.

Él no me odia, no ha funcionado.

—¿Qué te pasó? —me pregunta tocando mi rostro y me quejo, porque me arde.

Me caí en las rocas de la montaña grande, un par de veces.

—Estoy bien —susurro con el corazón acelerado, porque puedo sentir su respiración cerca otra vez.

—No es verdad —dice agarrando mis manos— Jimmy, voy a llamar a un doctor.

Agarro su brazo, para detenerlo y me mira a los ojos.

Puedo ver por fin, lo que le he ocasionado.

—Perdón —le digo llorando y él desvia la mirada, intentando soltarse— no sé como voy a dirigir este lugar, si no soy capaz de seguir mis propias reglas; porque yo acabé con esto, pero estoy buscándote.

—¿Por el sexo?

—Porque te amo.

Su expresión cambia.

—Mentira —susurra y yo muevo la cabeza negativamente.

—Es verdad, estoy enamorado de ti, pero no puedo estar contigo.

Me levanto, porque me mira sin responder.

—Eres lo único que debo perder para tener todo lo demás —agrego agarrando su rostro— y creo que voy a ser infeliz el resto de mi vida por eso.

Me mira a los ojos y quiero golpearme, porque no estoy siendo justo con él.

Atrapo sus labios, y me corresponde al instante.

Jadea, porque pego su cuerpo en la puerta y me mira a los ojos.

—Me estás haciendo daño —dice llorando y yo lo sé, pero no puedo detenerme.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora