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Aclaro mi garganta porque Chimon voltea a ver a Ohm y vuelve a mirarme a mí, otra vez.

Ha estado así desde que se sentó.

El profesor todavía no ha llegado, y me siento observado.

—Chimon —le digo bajito— ya basta de eso.

Desde que le confesé que Ohm me gusta, ha estado pendiente.

Me preocupa porque no quiero que él se de cuenta.

Nadie más puede saber lo que me pasa.

Eso lo alejaría completamente, y no quiero perder su amistad, ahora que ha crecido.

—Lo espantaría si supiera —agrego apoyándome en la mesa.

—Bueno —dice mirando su cuaderno— no estoy tan seguro de eso.

Hago una mueca, porque no entiendo, y voy a preguntarle, pero Jimmy me interrumpe.

—¿Qué hacen? —nos pregunta sentándose en la mesa.

—¿A ti qué te importa? —le responde Chimon botándolo con la mano— ya vete, nadie te llamó.

—¡Chimon! —digo regañándolo.

Sabemos todos que no le agrada, no necesita seguir dejándolo tan claro.

Volteo a la puerta, porque llama mi atención el tigre que entra, y se transforma subiendo las escaleras.

Creo que todos se han quedado mirándolo y no es solo por lo atractivo que es.

Tendría que estar ciego para no notar eso.

Los tigres son los felinos más grandes, y este definitivamente lo confirma.

—Chimon —le dice acercándose, pero él lo interrumpe, colocando una mano en su cara.

—Estás fuera del trabajo, no me mandaste nada, no me importa si vienes a rogarme para que coloque tu nombre en el informe, Dew.

—Oye, por favor —dice estirando su mano hacia él.

Volteo a ver a Jimmy porque, aunque la expresión en su cara no dice mucho, tiene los músculos muy tensos.

—Sin tocar —le advierte Chimon, golpeándolo con su cuaderno— esto no es la caridad, te lo advertí desde el principio, si no mandas tu parte, no te voy a considerar.

Él resopla frustrado, pero asiente al final, haciendo un puchero.

Chimon solo lo golpea otra vez, para que ya se vaya.

Cuando va a dar la vuelta, su mirada se cruza con la mía.

—Hola —dice sonriéndome.

Odio lo difícil que es para mí socializar, porque mis mejillas ya están rojas.

Se transforma de nuevo, sin que yo pueda abrir mi boca para responderle, y simplemente se va.

—¿Quién es? —le pregunta a Jimmy a Chimon y yo lo miro confundido.

—¿No escuchas? —suelta en respuesta y yo lo miro ahora a él— no me agrada, es un idiota.

—¿En serio?

—¿Por qué te molesta? ¿Porque es un tigre?

—Los tigres no me intimidan.

—A mí tampoco, de todos modos, no soy un fanático de los felinos.

—¿No lo eres?

—Tengo una excepción —le responde Chimon.

Me quedo en silencio, porque siento que estoy perdiéndome de algo.

—A mí me gustan los gatos —digo yo y los dos me miran mal.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora