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🦁➕️

Papá odia la paciencia, considera débil la empatía y le desagrada la amabilidad.

Tenía 5 años la primera vez que me dijo que yo lo avergonzaba.

Fue en mi cumpleaños, delante de las personas ahí.

Yo no voy a gobernar después de él, porque Ohm nació para eso.

No es solo porque tiene el carácter y la personalidad de papá, es por todo lo demás.

Es mejor que yo en todo.

Desde que eramos cachorros, papá nos hizo competir, y él siempre me ganó.

Es más fuerte, más veloz, más listo, mejor cazador, solo... mejor.

Nunca me molestó.

Es mi hermano pequeño, yo no necesito ganarle, solo quiero cuidar de él.

Entendí al crecer que él tampoco quería ganarme a mí, y entendí también que cuidarlo significaba a veces, cuidar a otros.

Cierro los ojos al oír las risas del resto, y respiro profundo.

No debí dejarlo solo en la fila.

Me levanto y camino hacia él, estudiando la situación.

Ya sé lo que ha hecho.

No es la primera vez, está acostumbrado a burlarse de los demás, y no respeta a nadie.

Agarro de la cintura al chico que está al borde de saltarle a Ohm, con claras intenciones de golpearlo.

No es difícil para mi despegar sus pies del piso y colocarlo a un lado.

No soy el león que mi padre quiere, pero sigo siendo un león.

Solo evito usar mi fuerza para la violencia.

—¡Suéltame! —me grita empujándome con una mano.

¿Qué clase de animal tonto intentaría enfrentarse a dos leones?

Me acerco a los cubiertos para agarrar unas servilletas y se las entrego al que está cubierto de comida.

Ni siquiera se mueve, y está temblando.

Miro a Ohm directamente a los ojos y me sostiene la mirada hasta que se rinde.

Cuando agacha la cabeza sé que está disculpándose.

Lo hace solo conmigo, jamás se disculparía con alguien más.

—¿No va a disculparse? —me pregunta gritando de nuevo ese chico.

No creerá que realmente eso puede pasar, ¿o sí?

—¿Cómo te llamas? —le pregunto directamente y me mira.

—Chimon.

Me acerco de nuevo a las servilletas y le entrego otras.

—Ayúdale a limpiarse, Chimon.

Me doy la vuelta para irme, y Ohm camina a mi lado.

Voy a regañarle, claro, pero nunca me atrevería a corregirle en público.

Me apuro en llegar al pasillo y cuando estamos allá, el chico gritón corre hacia mí y me salta encima haciéndome caer.

—Discúlpense los dos —me dice mirándome a los ojos.

Papá estaría tan avergonzado de mí ahora.

Lo quito transformándome, porque no voy a dejarle húmillarme así.

Si quiere pelear, lo vamos a hacer.

No sé si es un tigre o un lobo o una pantera o un...

Ah.

Se ha transformado y es un perro, pero no es un perro grande.

Regreso a mi forma humana, mirándolo y Ohm está riéndose.

—Es un perro de niña —me dice apoyándose en mí y sonrío inevitablemente.

Sí, definitivamente es un perro de niña.

De esos que traen lazos rosas en las orejas y entran en un coche de bebé.

—¿Ya no vas a pelear? —me pregunta a la defensiva y yo me acerco a él.

—No quiero hacerte daño, voy a... perdonarte esta vez.

—¿Qué?

—Eres un perro bonito —susurro sonriéndole y palmeo suave su cabeza.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora