🐶Me encanta la paz en el departamento, cuando es tarde de noche y vamos a comer.
Sentarme en la barra es mi actividad favorita, cuando Jimmy prepara algo.
Es que es agradable observarlo.
Cuando era un niño, me incomodaba relacionarme con las personas, porque le temía a su abandono.
Supongo que dejé entrar a Jimmy porque sabía que no quería quedarse, y creí que entender eso, me mantendría a salvo.
Intenté enfocarme en nosotros follando todo el tiempo, sin sentimientos de por medio.
Y no pude.
Mis instintos me hacen considerar orinarle encima para que sepan que es mío, porque soy un perro.
Por momentos pienso en lo lejos que he ido, porque le he dicho tantas veces que estoy enamorado.
Nunca ha respondido, pero no me afecta.
Creo.
—¿En qué estás pensando? —me pregunta acercándose y muevo mi cabeza negativamente.
—En nada.
—Tienes esta hermosa cabeza funcionando todo el tiempo —dice besando mi frente— nunca es nada.
Sonrío, mirando sus ojos.
Pensé que nunca alguien iba a fijarse en mí, pero sucedió y es alguien como él, que luce como un sueño.
Es un líder innato, yo no soy la clase de chico que alguien así quiere, y él lo sabe.
Sin embargo, me gusta no solo por como se ve en el exterior.
Yo estoy enamorado de él, de su responsabilidad con sus propios sentimientos, de su forma de ver la vida, de lo divertido, de lo inteligente, de cada aspecto de él que agradezco que me muestre.
Cuando se quita toda esa capa egocéntrica de encima, cuando habla de los malos momentos de su vida con esa madura manera de cargarlos, cuando es tan humano, cuando me habla de las debilidades que tiene mientras trabaja en ellas, yo estoy seguro de que lo amo.
No es la clase de amor que me ha llegado por la calentura, yo amo su alma, y por eso estoy asustado ahora.
No quiero ser abandonado, otra vez.
—Estás llorando —dice preocupado.
—No —susurro bajando la mirada.
Cierro los ojos, porque me besa, acariciando mi cabeza con su mano derecha.
Sus dedos se mueven suavemente, y me gusta.
Es lo que hace siempre, para que me duerma más rápido.
—Estás preocupándome, porque tu boca ha estado cerrada por mucho tiempo.
—¿No debería alegrarte?
—¿A mí?
—Dices que soy muy molesto, me lo advertiste antes —le recuerdo— tú me aconsejaste cambiar mi actitud, para gustarte.
—Estaba mintiendo —dice agarrando mi rostro— nunca vas a necesitar ser alguien diferente para gustarme, eres completamente mi tipo, y quiero a tu inteligente boca hablándome, todo el tiempo.
Me besa de nuevo y suspiro, correspondiéndole.
—Lo odio —dice alejándose de mí, porque su teléfono está sonando otra vez.
—¿Cómo sabes que es él? —le pregunto bajito.
—¿Quieres apostar?
—No, siempre es Ohm —digo subiendo los hombros.
Se aleja de mí para responder, y su rostro cambia cuando lo escucha.
Lo veo caminar de un lado a otro, solo respondiendo monosilábicamente.
Resopla golpeando su cabeza en la pared y apaga el horno, así que lo entiendo.
Se va a ir.
—Vamos a hablar —dice colgando, y se queda mirando la pantalla por unos segundos.
—¿Qué pasó?
Se acerca y me rodea con sus brazos, besando mi mejilla.
—¿Quieres saber que hizo Ohm cuando Win empezó a salir con Bright?
—Sí.
—Absolutamente nada —dice soltando un suspiro— se sentó en su cama, y no se movió, no se enojó, no lloró, solo se sentó ahí... en silencio.
—No es lo mismo ahora, ¿es lo que quieres decir?
—Bueno, ¿quieres saber también cuándo fue la última vez que lo escuché llorar al hablarme?
—Sí —respondo mirándolo.
—Cuando mamá murió.
—Está mal ahora, ¿no?
—Lo está, tengo que irme.
Agarro su mano, entrelazando nuestros dedos y asiento.
—¿Quieres venir mañana a cenar si las cosas mejoran? —le pregunto acomodando su cabello.
—Quiero —responde besando mi mano.
Bueno, tendré que pedir algo de comer, porque tengo mucha hambre últimamente, pero ya no debería excederme en las noches, porque siempre que despierto tengo ganas de vomitar.
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Animales || Ohmnanon
FanfictionEn un mundo en el que las personas tienen un lugar asignado, un ratón intenta encontrar su lugar.