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🐶

El hecho de que siempre termino en la cama con Jimmy, explica bien porque tengo dos bebés formándose en mí.

Y no estoy orgulloso.

—Perdón —dice mirando al techo.

Yo suspiro, porque tengo mucho en la cabeza también.

Estoy intentando comprender, nunca ha sido precisamente sencillo.

Tendría cosas que decir, si no estuviera priorizándolo a él.

Volteo, porque agarra mi rostro.

—¿Por qué? —le pregunto alejando su mano.

—No quería herir tus sentimientos.

—En realidad sí, fue tu brillante idea —respondo levantándome— y no necesitabas buscarme para arruinarla, porque no había funcionado.

—Chimon —dice agarrando mi brazo.

—No hay algo que puedas hacer para que esto sea más fácil —susurro buscando mi ropa y me pongo la camiseta— ya sabía que eras un idiota y me enamoré de todos modos.

Miro sus labios, porque me jala hacia él y siento su respiración cerca.

—¿Será más complicado para ti, ahora que sabes lo que siento?

—¿No me escuchaste? —le pregunto— no te creo.

Me paralizo, porque roza sus labios con los míos, y ya estoy cediendo.

—Te amo —dice bajito y siento un nudo en mi garganta.

—No puedes decirme eso, si estás dejándome.

—Dame un tiempo —responde acariciando mi cabello— yo tengo que solucionar mi vida y no quiero involucrarte, por eso pensé en que odiarme era lo mejor para ti.

Se levanta y lo veo caminar a la cocina, poniéndose el bóxer.

—Ohm es la razón por la que terminé de tomar la decisión —me explica sirviéndose un vaso con agua— sabes que estaba en mi lugar desde que es un niño y...

Un escalofrío fuerte me recorre al ver que se ha quedado leyendo los papeles en la mesa, y mi cerebro reacciona.

Me levanto rápido, porque me había olvidado de eso.

Camino a su lado y le quito el que tiene en la mano, pero noto por su mirada que ha logrado entender.

—¿Qué es? —me pregunta ordenando todo en la mesa, y agarra las pastillas.

Aclaro mi garganta, porque me mira.

—¿Qué es? —repite más fuerte y doy un paso atrás, para apoyarme en la silla.

Incluso cuando quería decírselo, no tenía idea de cómo hacerlo.

Bajo la mirada y coloco de nuevo los resultados que tengo a su lado.

Él respira profundo, sin quitar los ojos de mí.

—Son dos bebés —le cuento casi susurrando.

—Ya lo he visto, ¿qué más?

—Jimmy...

—¿No me contaste que esperas dos bebés?

—¡Me terminaste! —grito intentando defenderme— ya tomé una decisión, no puedo tenerlos.

—¿Ibas a abortar?

—Voy a abortar —respondo ya llorando.

Mi corazón acelerado se remueve, porque agarra mi rostro de nuevo.

—¿Y no ibas a contarme?

—Tú no quieres esto.

—¿Y tú quieres hacerlo? —me pregunta limpiando mis lágrimas.

—¿Crees que quiero?

—¿Por qué lo harás si no es así?

—Estoy solo.

Él suspira, y está llorando también.

—Lamento que hayas tenido que sentirte así —dice acariciando mis mejillas con sus pulgares— si quieres tenerlos, yo también, si no quieres tenerlos, voy a apoyarte con eso, aunque yo si los quiero.

—¿Los quieres? —le pregunto balbuceando y él asiente.

—Son nuestros, ¿cómo no voy a quererlos? —me pregunta besando mi nariz y estoy llorando más— si los quieres como yo, te prometo que voy a solucionarlo todo para ti.

—Pero estoy complicándote la vida, ¿no?

—Sí —responde y yo hago un puchero— sería todo fácil ahora, si no estuviera enamorado de ti.

—¡Jimmy!

—Pero no sería feliz.

Se acerca más a mí y yo miro sus ojos.

—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, y no me importa lo difícil que se ponga, si puedo tenerte —dice sonriéndome— iba a dejarte para que fuera sencillo para ti, jamás fue para hacerlo sencillo para mí.

—¿Me amas? —le pregunto nervioso.

—Te amo —responde besando mis labios— y voy a amar a esos bebes, sin importar el animal que les toque ser.

—Son leones —le aclaro al ver que no ha visto esa parte.

—¿Son leones?

—Son leones —repito levantando el papel, para que vea.

Está sonriendo.

—Acabas de decir que no importa —le recuerdo.

—También estaría sonriendo si fueran sapos, Chimon.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora