Animales || Ohmnanon

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Empujo mi plato de pasta al lado de Nanon y él me mira confundido.

—¿Qué pasó? —me pregunta ladeando la cabeza.

—¿Me cortas la carne?

Él sonríe.

La verdad es que había visto antes este lugar desde la calle, en mi entrenamiento nocturno, pero no había alguien con quien me interesara venir.

Es bonito, creo que está hecho para días especiales, y este lo es.

Solo quería que Nanon entendiera que no tiene que ser un día malo.

Cuando era un niño, odiaba mi cumpleaños.

Odiaba crecer, porque papá me daba más responsabilidades.

Cambió porque mamá lo volvia perfecto para mí.

Reemplazaba las palabras de papá con muchos abrazos.

Me hacia regalos, me daba comida rica, un pastel, y ella... me explicaba porqué debíamos celebrar mi vida.

Sonrío al ver a Nanon concentrado, cortándome la carne.

—No suelo comer carne —me dice sonriendo— ya lo sabes, prefiero el queso, pero todo acá está delicioso.

—Yo como carne a diario.

—Lo sé, Ohm.

—Sí, pero no me molestaría comer queso más seguido —digo jugando con la copa de vino.

—Entiendo —responde devolviéndome mi plato, porque ya acabó— ya te he dicho que si te agrada mi casa, puedes venir, siempre hay queso ahí.

—Me agradas tú —le aclaro.

Él bajo la mirada a su tenedor y noto sus mejillas rojas.

—Bueno, soy tu amigo, claro que tengo que agradarte.

—Es verdad —suelto mirando sus hoyuelos.

—Nunca había bebido vino antes de hoy —dice agarrando la copa— es muy elegante acá.

Se ríe, y mi mirada va a sus labios.

—Si te embriagas voy a reírme —le advierto.

—Solo es una botella, Ohm —responde entrecerrando los ojos.

—¿Deberíamos pedir más?

—Si quieres...

—Quiero hacerlo, no me gustaría que la noche se acabe —digo sonriéndole— ¿Ya te he dicho que te ves muy lindo?

—Sí —afirma desviando la mirada y toma más vino— lo mencionaste antes de venir, creo.

—Es tu cumpleaños, solo importas tú hoy.

—Gracias, Ohm —dice mirándome a los ojos— hiciste que sea un buen día.

Sonrío, hasta que la puerta principal se abre y veo desde mi lugar a Win en la entrada, con su novio.

Él me nota también y retrocede, a decirle algo.

Claramente es por mí, porque ellos se van antes de al menos pedir una mesa.

Cuando regreso mi mirada a Nanon, noto que ha volteado a ver también.

—Debe ser duro, ¿no? —me pregunta comiendo un poco.

—¿El qué?

—No poder estar con él.

No lo sé, justo ahora me siento incómodo por esto.

No quiero que Nanon sepa de Win, quiero borrarle la memoria.

Es como si, me molestara haberle contado eso.

—Tienes razón, es el más lindo a donde va —agrega sonriendo.

—No, no me interesa —le digo rápido.

—Se nota que sí —responde aclarando su garganta y mueve su mano frente a mí— se nota en tu cara.

—¿Qué?

—¿Por qué estás negándolo si ya sé que sigues enamorado de él?

—¿Podemos no hablar de Win hoy?

—¿Por qué?

No sé.

No tengo idea.

Yo he estado divirtiéndome, estamos Nanon y yo, y no quiero hablar de Win.

—Acabo de decirte, solo me importas tú.