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Sonrío, mirando a Chimon a mi lado.

—¿Te cansaste? —le pregunto golpeándole la nariz, suavecito con mi dedo.

Él asiente, haciendo un puchero.

—Sí, estoy cansado —dice hundiéndose más en la almohada— y me duelen los pies, Jimmy.

Suspiro sentándome en la cama y paso mis manos por sus hombros.

—¿Quieres masajes?

Él sonríe, asintiendo.

—Seguramente me dejas peor, nunca haces nada bien.

—No me hables así o voy a llorar —le advierto.

—Estoy bromeando —responde suavizando la voz— sabes que no es cierto.

—Yo no sé.

—Oye —dice acariciando mi cabeza y eso es lo que yo quería— realmente es una broma, lo siento.

Le quiero ronronear.

Es loco tener esta certeza, de que quiero esto para mi vida.

Nunca encontré un lugar cómodo en el mundo, hasta Chimon.

Si existe un paraíso, estoy en él, porque estoy seguro de que nada puede sentirse mejor que pasar las tardes haciéndole el amor.

—Tu celular —me dice cuando empieza a sonar y quiero hacer un berrinche.

Lo veo estirarse a alcanzarlo y me muestra la pantalla.

Maldito Ohm.

La ventaja de estar peleados, debería ser que no pueda molestarme.

—No le quiero hablar —digo ocultándome en su cuello y Chimon se ríe.

—Puede ser importante.

—Sabes que no, nunca es importante cuando se trata de Ohm.

—Jimmy —suelta con ese tonito de regaño.

Agarro de malas el teléfono y contesto, apoyándome en la pared.

—¿Qué?

Nanon, va a salir con Dew.

Yo ya giré los ojos.

—¿Y?

Me enfada.

—Pues enfádate en silencio, si sigues manteniendo la postura que tenías la última vez que hablamos.

Tú sabes mis razones.

—Y ya te he dado mi opinión al respecto, relájate.

¿Cómo voy a relajarme si está en una cita justo ahora con otro hombre?

—No es tu problema, Ohm.

¿Y si le gusta?

—Pues es una lástima, porque me cagan los tigres, pero tiene que gustarle a Nanon, no a mí, y menos a ti, porque tú no quieres hacer algo con respecto a lo que sientes, así que cierra la boca.

—No le gusta Dew —dice Chimon de la nada y mueve los labios lento para que entienda lo que sigue sin que se escuche— le gusta Ohm.

¿Estás con Chimon? —me pregunta al otro lado de la línea.

Me pongo nervioso, aclarando mi garganta.

¿Qué ha dicho?

—Madura, no puedes seguir actuando así, o vas por él o dejas que alguien más lo haga —respondo rápido cólgandole— ¡Chimon!

—Es que recordé que no te había dicho antes.

Agarra mi rostro y besa mi nariz, agudizando la voz.

—¿Me perdonas?

Sonrío, porque besa mi labio superior, cerrando los ojos.

—Sí, pero tienes que contarme todo a mí, soy... soy yo.

¿Qué se supone que soy para él?

—Lo sé, prometo hacerlo —dice levantando la mano derecha— perdón, pero no sé como le puede gustar alguien como Ohm.

Sí, yo tampoco.

Conozco a Ohm y sé que es un buen chico, pero no se ha comportado muy bien con Nanon.

—¿Y qué piensas de Dew?

—Nefasto también —responde abrazando una almohada— es lo que pienso de todos los felinos.

—¿Hasta de mí?

—Bueno, tú no eres perfecto —me recuerda mirando mis ojos— pero estoy enamorado de ti.

Sonrío atrapando sus labios con los míos, porque me encanta que lo diga, aunque yo nunca se lo he dicho a él.

Animales || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora