Capítulo XXXVII: Librería

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—¡¿Eh?!

(T/N) arrugó el entrecejo cuando Emma le dijo que Draken le había pedido que lo acompañara ese día, después de clases, a Shinjuku. Se alegraba por ella, pero se suponía que iban a probar la nueva cafetería en Setagaya de la que todo el mundo hablaba, así que no podía demostrar todo el entusiasmo que debía.

—Te devuelvo lo que me hiciste el otro día. —Emma le sacó la lengua.

—¡Eso no...! ¡Ugh! ¿Sabes qué? Tienes razón —La chica resopló, pero la rodeó por los hombros de forma amistosa—. ¡Ve allá, conquista a ese chico y tráeme buenos chismes!

—Eres irremediable. —Emma se rio, dejando que el sonrojo que espolvoreara sus mejillas se acentuara cuando su mirada se encontró con la de Draken, dándole una apariencia aún más radiante.

Ambas amigas se acercaron y saludaron al chico. Al menos, (T/N) se felicitó al disimular la decepción que le generó no ver a Manjiro junto a Draken y, antes de que alguno pudiera decir algo, ella se adelantó:

—¡Draken, la dejo en tus manos! ¡Cuídala!

—No tienes que decírmelo. —Draken le dedicó una sonrisa confiada—. Ve con cuidado de regreso. Han estado ocurriendo cosas entre las pandillas.

La chica asintió, se despidió, y caviló si regresar a casa o ir a la librería hasta decantarse por lo último. Se tomó las palabras de Draken en serio y procuró andar por senderos transitados. Como era usual, no se encontró con nadie sospechoso y agradeció que las calles de Tokio casi siempre estaban repletas de transeúntes ensimismados en sus tareas.

Entró en la librería con paso ligero y alzó la mirada cuando casi tropezó con el chico que iba saliendo. Ambos se quedaron viendo y se sonrieron.

—¡Chifuyu!

—Siempre nos encontramos aquí, ¿eh?

La chica parpadeó al reparar en su rostro magullado y lleno de banditas, así que curvó una ceja, inquisitiva.

—Uhm... Ha habido problemas estos últimos días. —Se encogió de hombros, regresando al interior con ella mientras igualaba su paso.

—Draken me dijo algo...

—¿Y Mikey? Pensé que te tendría al tanto.

—Pues... No hemos salido juntos en los últimos días porque he estado estudiando y no me ha dicho nada por teléfono.

Chifuyu hizo una mueca. No le hacía ilusión imaginarse al jefe hablando cariñosamente con su novia, así que decidió cambiar de tema.

—¿Y? ¿Al fin te terminaste Itazura na Kiss?

—¡Sí! —Ella le sonrió, yéndose a la sección de novedades en libros—. No sé si odiar a Naoki o no, pero lo que sí sé es que Kotoko podría quererse un poquito más. Quiero decir, despistada aparte, es un buen partido.

—¡¿Verdad?! Yo estaba, cada vez que estaba detrás de Naoki, diciéndole que se diera cuenta. El tipo es posesivo y la manipula emocionalmente y solo cuando ve que puede perderla, le da un poquito de amor.

—¡Exacto! —La chica asintió con violencia, sonriendo con entusiasmo—. Aunque es una lástima que la autora falleciera y no pudiera terminar la obra...

—Es cierto, pero el final que le dieron estuvo bien, pese a todo. No sé, hay algo satisfactorio en leer romances tóxicos —concluyó Chifuyu con tono reflexivo—. ¿Y qué libro estás buscando ahora?

—Pues estaba buscando el segundo de El señor de los anillos.

—¡Oh! ¿Te gustó el regalo?

Destino fortuito || Manjiro Sano x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora