Capítulo LXXV: Destino

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—¡¿Eh?! ¡¿En serio?! —Emma abrió los ojos un poco más—. Ya solo admite que se gustan y empiecen a salir. Necesito vivir así sea un romance ajeno en vista de que no hay ningún avance con Draken.

—Y no por eso debías insinuarle nada al novio de Hina. —La chica le dio un golpecito en la frente y Emma se quejó—. ¡Y no! Chifuyu y yo no tenemos nada. No podría salir con alguien como él.

—¿Por qué? Si es lindo.

—Entonces, sal tú con él.

—¡No! —chilló Emma, escandalizada—. Pero es que siempre estás hablando y riendo con él, ningún otro chico ha logrado acercarse a ti así.

—Bueno, es un poco difícil de explicar, pero cada vez que hablamos siento que todo fluye, como si lleváramos conociéndonos más tiempo. —Ella se frotó la barbilla—. Además, Emma, salir con Chifuyu sería como salir con Baji. Son uña y mugre, no se separan nunca. Sería un esfuerzo emocional demasiado grande.

—¿Qué? —Emma rio y apoyó la cabeza del hombro de su amiga, viendo cómo los chicos del equipo de béisbol corrían hacia la pelota—. Está bien, nada de Chifuyu para ti. ¡Pero tengo mis sospechas de que sí hay alguien que te gusta!

—¿Y vas de nuevo? —Se rio ella, pidiéndole que elaborara.

—¡Te gusta mi hermano!

—¡¿Qué?! ¡No! ¿Cómo crees?

—Te he visto que te brillan los ojos cada vez que ves a Shinichiro. No me lo puedes negar.

—¡Eso no...! —La chica se sonrojó contra su voluntad—. ¡Me lleva diez años, Emma! ¡Es un anciano!

—Ya, pero eso no quita que te guste, y no sé cómo sentirme al respecto con que te guste uno de mis hermanos —soltó una suave carcajada.

—¿Uno de tus hermanos?

—Siempre te olvidas de que te he hablado de Mikey. No sé por qué decidió irse a vivir un tiempo con Draken, pero existe, es real y no puedes olvidarte de él.

—Es que tu dinámica familiar me confunde. Porque también está Izana, ¿no?

—¡Sí! También está él, aunque tengo muchísimos años que no lo veo...

—Y, por cierto, Emma, no hay modo en el que uno de tus hermanos me guste. Es el código de chicas, es tabú.

Emma parpadeó y se echó a reír. Lo cierto era que a ella no le molestaría, aunque quizás fuera un poco extraño, sobre todo si salía con Shinichiro. Le gustaba molestarla con los chicos que podría gustarle, pero había algo en su mirada que siempre lucía un tanto perdida, como si extrañara a alguien sin siquiera saberlo. Era raro y quizás le estaba dando más importancia de la debida, pero le ganaba la curiosidad.

—Hoy te toca práctica en el dojo, ¿no? —preguntó Emma mientras se levantaba y se alisaba la falda.

—Sí. —La chica se puso entre Emma y un grupo de chicos que no disimulaba que intentaban verle por debajo de la falda—. Aunque no sé si continúe... Takeda-sensei es un poco intenso.

—Es que lo emociona trabajar contigo. —Rio Emma y entrelazó el brazo con el de su mejor amiga—. Y créeme cuando te digo que Shinichiro no dejará que te salgas si no le das una buena excusa.

—Es que no quiero abusar más, me están dando clases gratuitas.

—Nada de eso, es un intercambio equivalente: vas al dojo y me das clases de matemáticas. Ah, mira, que ya se me ha pegado un poco lo otaku que eres.

Fullmetal Alchemist será una joya de culto en unos años, haces bien en recordar algo tan básico.

Emma la remedó y la chica la empujó suavemente y se echaron a reír mientras continuaban hablando y se dirigían al salón de clases.

Destino fortuito || Manjiro Sano x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora