El aire del bar estaba viciado por el humo del cigarro. En los rincones oscuros, a través de las volutas del humo, se llevaban a cabo actividades indecorosas con las que él mismo se había entretenido. La música rebotaba en las paredes, intoxicante, retumbando en su pecho y fingiendo ser su corazón. El exceso de estímulos embotaba su cerebro, le permitía alejarse de sus pensamientos por un segundo mientras bebía whiskey sentado en la barra.
Su día iba normal hasta que se percató de la fecha: 15 de agosto, su cumpleaños. Sin embargo, ya no había nadie que lo celebrara, no había Kenchin, ni Baji, ni Kazutora, ni Pah-chin porque ya no le hablaba, ni Emma o abuelo. Una vocecita en su cabeza, impía, le susurró que tampoco tenía a Shinichiro, ni a su madre.
Estaba en el mundo solo y no entendía qué valor había en cumplir años cuando se sentía tan desgraciado. Su vida había tomado un giro brusco de acontecimientos desde la muerte de Kenchin el 3 de agosto de 2005 y no había dejado de ir en picado mientras a él lo poseía una apatía que lo empujaba a realizar atrocidades.
Si bien era el jefe de ToMan, hacía mucho no se aparecía en las reuniones ni se encontraba con los demás miembros. Lo desasosegaba percatarse de que su concepto de ToMan se había evaporador entre el calor de los crímenes, el consumo de sustancias ilícitas y los excesos.
No quedaba nadie que lo recordara por cómo era antes, ni nadie que lo fuera a celebrar con el candor de la adolescencia. A veces, cuando pensaba en el verano de 2005, recordaba a cierta chica extranjera que era capaz de mirarlo a los ojos hasta que no pudo más, hasta conformarse a saludarlo porque era insufriblemente cordial, hasta cambiar sus alegres Manjiro por el Mikey promedio, hasta que Emma llegó a casa llorando porque ella le había pedido que no fueran más amigas porque la asustaba tener relación con alguien cercano a un delincuente. Se había molestado y la había confrontado, pero no hizo más que asustarla y agigantar los malentendidos.
A veces se cuestionaba si, de hablarlo a tiempo, hubieran podido llegar a otra conclusión porque, pese al escaso tiempo compartido, era la primera vez que se interesaba por una chica. Le hubiera gustado experimentar un poco más de esas emociones y, quizás, intentar dilucidar qué tan lejos podía llegar.
Agitó el hielo, distraído, y alzó la mirada al haz de luz que surcó la oscuridad por unos segundos. Tuvo que parpadear para convencerse de que los ojos no lo engañaban. Después de todo, al otro extremo de la barra se había sentado esa misma chica extranjera, llevaba una falda a la rodilla y cruzó las piernas; se fijó en el sutil movimiento más tiempo del que hubiera esperado. Los años le habían sentado bien, ahora lucía más madura y sexy.
Mikey se percató del hombre sentado solo en una mesa del fondo, del intercambio de dinero con un mesero, del secreto compartido con el barman, del estupefaciente espolvoreado en una ridícula limonada con sombrilla.
No era su problema.
Se lo repitió tantas veces hasta que se convenció de que no podía mentirse así. Por supuesto que ya no eran amigos, pero no quería que la lastimaran. Así que se levantó e interpuso la mano entre ella y la bebida.
— No debes despegar tu mirada de lo que pides en los bares.
Ella alzó la mirada y lo contempló unos segundos en los que repasó cada detalle de su rostro. A Mikey el corazón le dio un vuelco al percatarse de que lo reconocía, de que, muy al fondo de sus pupilas, quedaban vestigios de aprecio. Se sintió revitalizado por primera vez en muchos años y más cuando ella lo siguió fuera del bar como si realmente le interesara hablar con él.
Una parte de él se derritió y deseó ceder al impulso ridículo de creer que realmente había salvación para él cuando ella pronunció su nombre.
Sin embargo, ya era demasiado tarde y si ella era lo único que quedaba de su pasado, la alejaría para que nadie la asociara con él y proteger así fuera una ínfima parte de su juventud.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Empecemos con la publicación de estos extras. No sé qué tan frecuente los iré subiendo porque el posgrado me está arrebatando el alma y no me da tiempo de sentarme a editar con calma.
Estos primeros extras serán desde la perspectiva del Mikey de las otras líneas de tiempo.
Tengan un lindo día.
¡Descansen! >.<
ESTÁS LEYENDO
Destino fortuito || Manjiro Sano x Reader
FanfictionCuando (T/N) se encontró con Manjiro, salpicado de sangre, en mitad de un callejón y él le ofreció un aventón, jamás imaginó que lograría superar sus prejuicios para poder mantener una amistad con él, generando una cadena de sucesos que aunarán el p...