Tuvo que respirar profundo cuando puso un pie en el aeropuerto de Narita, de algún modo, lo hizo con el otro y pronto se halló siguiendo a su madre. Seguía molesta porque el día anterior había llegado más tarde de lo que había prometido, pero no pudo hacer demasiado cuando los chicos del dojo le habían organizado una despedida sorpresa. Y tampoco porque no quería separarse de Manjiro y él la abrazó por al menos media hora antes de despedirse, sin poderle prometer que iría al aeropuerto para verse una última vez
Sin embargo, su mamá no le había reclamado demasiado porque empezó a quejarse de su brazo. Lo cierto era que sabía que una vez estuviera en su casa, en su país, seguro la regañaría a sus anchas y no sabía qué tanto iba a hacer ni qué repercusiones tendría. Se había descuidado porque la señora Matsuda era permisiva, pero su madre siempre la había controlado. Aunque la chica ni siquiera estaba segura por qué lo hacía cuando no era conflictiva, le gustaba estudiar, superarse a sí misma y tenía sus objetivos, al menos los que eran a corto plazo, claros. Si le preguntaban, consideraba que era una buena hija. El mundo no se acabaría porque tuviera novio, que fuera un pandillero era un plus impredecible.
Se fueron a registrar con la aerolínea. Su madre la llevó para que le colocaran un forro protector al equipaje. Le estaba preguntando si necesitaba hacer algo más cuando escuchó que llamaron el nombre de la menor.
—¡Hina! —La joven dejó todo y corrió a los brazos de su amiga—. No pensé que... ¡Deberías estar en clases!
Hina le sonrió y le dirigió un vistazo a la mamá de su amiga e inclinó la cabeza de forma respetuosa. Ya la había conocido, en el hospital, y creyó que solo estaba preocupada.
—Bueno... ¡Takemichi me ayudó a escapar! —Se rio, orgullosa de haberse salido con la suya.
—¡¿Qué?! ¡Takemichi! —reclamó la otra chica, apenas percatándose de que el chico también estaba ahí.
Sin embargo, su corazón se estrujó cuando vio la ligera sonrisa de Chifuyu. Sin pensarlo, fue corriendo hacia él y lo estrechó en un abrazo. No se habían despedido bien porque a Chifuyu lo seguía aturullando la mirada de Manjiro sobre cada una de sus interacciones. La sorprendió que él correspondiera el abrazo con más intensidad de lo esperado.
—Gracias por venir, Chifuyu —le susurró cuando se separó, y tuvo que parpadear varias veces para cerciorarse de que los ojos de Chifuyu realmente estaban anegados.
—¿Y por qué a mí me reclamas? —se quejó Takemichi, entornando los ojos.
(T/N) se giró para verlo y él curvó los labios. No sabía si era buena idea abrazarlo, considerando la última vez en la que se desmayó. Sin embargo, él extendió su mano, su sonrisa insinuándose un poco más y ella lo abrazó con cuidado, dejándolo anonadado por un segundo, pero no tardó en devolverle el gesto, aunque los recorrió una ligera corriente que los hizo separarse pronto.
—Cuida de Manjiro, por favor. Cuida de todos.
—Si viajas al futuro, cuéntame qué ves. Yo aún debo despedirme de todos —dijo Takemichi en voz baja y le sonrió con confianza—. ¡Pero creo que todo irá bien!
Ella le sonrió e iba a decirles unas últimas palabras cuando su madre la llamó para que entraran a la zona de embarcación. (T/N) apretó los labios, pero le dio otro abrazo a Hina y se despidió de sus amigos de nuevo. Sin querer, echó un vistazo a la entrada, pero supo que Manjiro no se aparecería mágicamente.
El corazón le pesó un poco, pero se apresuró a la puerta que daba al área de embarque. Su madre ya había pasado el equipaje de mano y dejado los objetos de metal en la cinta. Ella se disponía a hacer lo mismo, tan nerviosa como lo había estado en su viaje hacia Japón. No quería tener problemas con los policías ni pasar un momento vergonzoso, a pesar de que el personal era extremadamente amable y la guiaban, en español, sea dicho de paso, sobre todo lo que debía quitarse.
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Destino fortuito || Manjiro Sano x Reader
FanfictionCuando (T/N) se encontró con Manjiro, salpicado de sangre, en mitad de un callejón y él le ofreció un aventón, jamás imaginó que lograría superar sus prejuicios para poder mantener una amistad con él, generando una cadena de sucesos que aunarán el p...