Mikey estaba repantigado en el sofá mullido de su apartamento. Le costaba un poco aún reconocer que era suyo porque el jefe se suponía que debía vivir en opulencia, o eso había dicho Koko. Kakucho estaba a su lado, sirviendo como guardaespaldas mientras él tan solo observaba el techo abovedado con intrincados acabados. Tampoco comprendía desde cuándo necesitaba un guardaespaldas cuando él podía cuidarse solo.
Pese a que dijera lo contrario, en su fuero interno siempre había albergado la esperanza de que su novi... De que (T/N) regresara Japón, que le dijera que lo quería y él, sin dudarlo iría tras ella. Sin embargo, se había tardado demasiado y él no podía echarse para atrás, por mucho que su mirada lo hubiera vuelto a desarmar. Sus manos estaban manchadas y no sería justo mancillarla a ella también. Había tomado una decisión, dar marcha atrás sería débil de su parte, y él ya se había hartado de serlo.
Lo intrigaba que, a pesar de que le gustaba el silencio, ese era asfixiante. Veía una película en el televisor, pero realmente no podía concentrarse. Las imágenes del día anterior seguían reproduciéndose en su cabeza aun cuando cerraba los ojos, aun cuando lograba conciliar el sueño; era una última oportunidad para albergar esperanza, pero no se sentía digno de ella.
En momentos como ese, en los que su resolución flaqueaba, se cuestionaba cómo podía tratar con las personas que habían seguido a Izana, que sabían de las intenciones de Kisaki de asesinar a Emma, y no le habían dicho nada. Sin embargo, cuando se descubrió solo e impotente, se sintió cómodo alrededor de ellos, en control de algo a lo que quería llamar vida. Su desesperación lo había llevado hasta allí y no estaba seguro de qué hacer con ello.
—Te digo que lo hará.
Kakucho y Mikey ladearon el rostro en dirección a una de las puertas, la que llevaba a una oficina en la que Kokonoi se podía pasar más de medio día sentado. Kokonoi era el que la había azotado para abrirla, con el celular pegado a la oreja. Sanzu iba detrás de él, arrugando el entrecejo.
—Lo dices tú, pero necesito que Mikey lo confirme. —Koko se detuvo y dijo al teléfono—. Devolveré la llamada en cinco minutos.
Colgó y se guardó el celular en el bolsillo del pantalón. Luego, encaró a Mikey con altivez, consciente de que, de allí, el que tenía más posibilidades de acabar con él de un solo golpe era Mikey.
—¿Pasa algo? —cuestionó Kakucho a lo que Sanzu resopló, exasperado.
—Mikey, tengo la oferta de una alianza con otra pandilla fuera de Kanto que nos abrirá las puertas hacia Japón, a cambio de realizar un trabajo.
—¿No es eso lo que queríamos? —dijo Manjiro con aburrimiento—. Solo hay que hacer el maldito trabajo y ya.
—Te dije que Mikey aceptaría —dijo Sanzu con altanería, construida por la devoción que sentía hacia Mikey.
—¿De qué trata el trabajo? —inquirió Kakucho, suspicaz.
—No, no es tan sencillo. —Asintió Kokonoi—. Quieren que callemos a alguien.
Mikey se tensó unos segundos, pero alzó la mirada hacia Sanzu y Kokonoi, que lo encaraban. Habló con suavidad:
—Eso lo hemos hecho antes.
—De hecho, lo han hecho otros miembros —rebatió Kakucho—. Así que no veo por qué ellos...
—Porque quieren poner a prueba a Mikey, que demuestre su compromiso ensuciándose las manos por ellos. Es un pacto de sangre, un sacrificio por su confianza —se apresuró a decir Kokonoi—. Porque tú eres el jefe.
Mikey bajó la mirada y respiró profundo. Era cierto que no había asesinado a nadie directamente, con sus propias manos. Sanzu se negaba a que lo hiciera porque nadie lo merecía aún. De hecho, Mikey a veces se cuestionaba si Sanzu saldría algún día con la idea retorcida de que lo matara a él para estrenarse en el asunto. Sin embargo, no era como si le importara demasiado. Quitar una vida quizás era lo justo para compensar todo lo que él había perdido.
ESTÁS LEYENDO
Destino fortuito || Manjiro Sano x Reader
FanfictionCuando (T/N) se encontró con Manjiro, salpicado de sangre, en mitad de un callejón y él le ofreció un aventón, jamás imaginó que lograría superar sus prejuicios para poder mantener una amistad con él, generando una cadena de sucesos que aunarán el p...