Extra III

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Era un poco decepcionante tener labores de limpieza en San Valentín, aunque tampoco era como si importara porque, de nuevo, nadie la había regalado chocolates. Qué envidia sentía de todos sus compañeros que recibieron al menos un obsequio y aún más de aquellos a los que se les habían declarado llamándolos detrás del edificio o con cartas. Él también quería vivir su romance escolar, aunque podía ahorrarse los dramas y conflictos de los shojo.

Su amiga se lo había dicho: no era feo. Sin embargo, parecía que asustaba a las chicas, a pesar de que intentaba ser amable siempre. Por un tiempo creyó que era por culpa de Baji, pero luego, cuando él ya no estuvo, entendió que el problema estaba en algo de él. Aunque no sabía qué.

Sin embargo, su corazón se aceleró un poquito cuando escuchó algunos rumores entre sus compañeros. Al parecer, había una chica extranjera esperando afuera del colegio a alguien. Sonrió porque al principio no quiso darse falsas esperanzas con que (T/N) le hubiera preparado chocolates, pero ahora sí podía creerle.

Se apresuró a borrar la pizarra mientras su compañera de limpieza llenaba el registro, una vez acabó, se despidió con premura. Se cambió los zapatos y salió al trote, notando los vistazos curiosos que sus compañeros les lanzaban a su amiga.

Quiso echarse a reír cuando sus miradas se conectaron, pero se detuvo, sorprendido, cuando ella extendió los brazos con una cajita cuadrada envuelta con papel de corazones.

—¡Sal conmigo, Chifuyu!

Chifuyu alzó las cejas y se desternilló, entre feliz y nervioso. Recibió la caja y le dio un golpecito en la cabeza con esta.

—¿Acaso quieres que Mikey me mate?

—Ya le advertí sobre mi plan. Yo solo quería hacer bien mi trabajo y darte todo el paquete de shojo —repuso ella, codeándolo amistosamente.

—No puedo creer que hayas venido hasta acá. —Chifuyu sonrió, apresurándose a deshacer la envoltura.

—Tenía que cumplir mi promesa —Ella se frotó la barbilla—. Tengo prácticas en el dojo por la tarde, y en la noche saldré con Manjiro, así que era mi única oportunidad. ¡Y mira! Surtió efecto. —Señaló discretamente a un par de chicas de un curso inferior que habían volteado a verlo para luego susurrarse algo.

—Nah, no creo que su opinión sobre mi vaya a cambiar de la noche a la...

—No sabía que Matsuno podía sonreír así...

—Se veía un poco lindo, ¿no?

—¡Confirmo! Su mirada ya no parecía tan intimidante.

—¿Decías? —molestó (T/N), orgullosa—. Pero es cierto que tienes una mirada muy dura.

—... Gracias. —Él agitó la caja de chocolates—. Creo que has salvado mi vida escolar.

—¡No seas exagerado!

Chifuyu se rio, pero abrazó la caja de chocolates. Sabía que no significaba nada más que lo que ya habían hablado, pero creía que no se sentía así de feliz desde la muerte de Baji.

Y una amistad incondicional, surgida del sitio más inesperado, era el mejor de los regalos para San Valentín.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Tenía que escribir esto xD Yo soy creyente de que nadie se fija en Chifuyu porque su mirada es intimidante, a pesar de que es un buen compañero de clases.

Y sí, Mikey fue el que propuso que le gritara eso para darle más efecto dramático xD

Deséenme suerte, porque hoy inicio mi posgrado y estoy asustada jaja

Tengan un lindo día~

¡Cuídense mucho! >.<

Destino fortuito || Manjiro Sano x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora