Destino fortuito || Manjiro Sano x Reader

Capítulo VI: Pelea

—Emma, ¿te gusta Draken?

La chica se atoró con el batido que sorbía, quejándose de que el cerebro se le congelaba. Aunque con el rubor de su rostro, dudaba que esta vez se le hubiera congelado algo. (T/N) sonrió con altivez al haber dado en el clavo, porque ni siquiera cuando Emma lo negara, podría refutar la evidencia trazada en sus delicadas facciones.

—Es... ¡¿Es tan obvio?!

—Sí... —Emma se desorbitó, enrojeciendo más—. Bueno, no. Creo que él no lo sabe. ¿Manjiro quizás sí?

—No hay modo en que Mikey se haya dado cuenta. Siempre está en las nubes.

—A mí me parece muy agudo de mente.

—Es un idiota que solo sabe usar sus puños. Es desconsiderado, infantil y egoísta.

—No lo tienes es gran estima, ¿eh?

—¿Qué dices? Con todo eso, lo quiero. Aunque dudo que sepa de mis sentimientos por Draken.

—Uhm... —Prefirió no insistir, cambiando el tema a algo más ameno para ambas—. ¿Y desde cuándo te gusta?

—¿Desde hace como tres años?

—¡Es bastante! ¿Y qué te gusta de él?

—¿Eh? —Emma se sonrojó y agitó la cabeza—. Es... Bueno, qué no hay que me guste de él sería una mejor pregunta...

(T/N) parpadeó, enternecida. Así que eso era querer a alguien. Jamás se había enamorado y ver a su amiga así la impresionaba porque era una expresión completamente distinta a aquella a la que estaba acostumbrada. Realzaba aún más su belleza.

—Y... ¿Y tú te has enamorado?

—No. —Meneó la cabeza—. Y no sé si quiera hacerlo. Me da miedo pensar en que perderé la cabeza o algo así.

—No es tan drástico como lo hacen ver en las películas. O al menos a mí no me dan ganas de hacer estupideces. —Rio y echó la cabeza para atrás—. Pero creo que él me ve solo como su hermana.

—Eres súper linda, Emma, apuesto a que sí le gustas.

—No, no le intereso en lo más mínimo. —Torció los labios, decepcionada—. Siempre está más pendiente de Mikey y, cuando hablamos, no dice demasiado.

—¿Puede que sea tímido? —Se frotó la barbilla y Emma la observó con completa incredulidad.

—¡Draken no tiene una pizca de tímido! —Agitó la cabeza con vehemencia—. Es que no le gusto... Solo soy la hermana de su mejor amigo.

—¡Entonces haremos que se fije en ti!

—¿Se te ocurre algo?

—No, pero tenemos mucho tiempo para planearlo.

Emma asintió, recobrando la confianza en sí misma a pesar de que la dubitación mellaba en su pecho. Gustarle a Draken era como un sueño. Quería que hicieran tantas cosas juntas, a pesar de que a veces la apabullaba la idea de poder tomar su mano o abrazarlo porque creía que su corazón no sería capaz de soportar el estímulo. Sin embargo, la incipiente seguridad que le brindaba su amiga era capaz de alivianar su ansiedad y sus preocupaciones.

En silencio, (T/N) se propuso idear un plan infalible. A pesar de que Draken le había parecido un buen chico, se preguntó si era buena idea que Emma se involucrara con él, pero prefirió no meditarlo demasiado porque quería respetar sus sentimientos. Siguieron conversando de sus intereses, hallando en la otra un mundo totalmente distinto que querían descubrir. Ambas estaban conscientes de que eran muy diferentes, (T/N) era más discreta mientras que a Emma le gustaban las extravagancias, pero en el punto en el que colindaban y ayudaba a la hegemonía de su amistad era que respetaban y se interesaban por la otra.