Cuando Manjiro terminó con ella, quiso regresarse a Japón para exigirle una explicación.
Porque no le creía.
No le creía muchas de las cosas que habían hablado por teléfono.
Se había escudado tras excusas de que era una distracción para ella, que quería lo mejor para ella, que no soportaba la distancia ni los silencios demasiado prolongados entre ambos, con semanas sin saber nada del otro. Le dio una excusa tras otra, pero ella supo que eran mentiras, porque Manjiro era más resiliente y racional. Porque sabía que ese evento tenía que relacionarse, de un modo u otro con el futuro que había visitado.
Pero por mucho que lloró y le pidió volver a hablar, no consiguió que cambiara de opinión. Así que se conformó con continuar hablando con Emma, haciéndolo con frecuencia después de que su padre intercediera por ella con su madre. La única condición era que debía pagar el excedente en la factura del teléfono. A Emma la sorprendió la noticia de su ruptura, tanto como a Hina y a Yuzuha. Por mucho que cavilaron entre las cuatro, tampoco hallaron una respuesta a la repentina decisión de Manjiro.
Además, a (T/N), desde que regresó de Japón, le costaba dormirse. Si bien lo de Izana había sido lo suficientemente traumático como para creer que no había nada que lo superara, haber muerto en su siguiente viaje había colocado la vara más alto y ahora las memorias la perseguían constantemente en sueños. Después de meditarlo por más tiempo del que creía sano, llegó a la conclusión de que su asesino era Sanzu, por su voz, por el color de su piel y por el tenue aroma a lavanda impregnado a su ropa.
Quiso contactarse con Takemichi, pero no era el del futuro, así que solo se balbucearon unas cuantas palabras de cordialidad para después pedirle que le pusiera a Hina al teléfono. Luego, Chifuyu le contó, por un correo, que Takemichi había regresado al futuro y, por el tiempo que ya había pasado, imaginaba que el futuro era bueno. Le contó sobre el futuro porque no tenía con quién más compartirlo, a pesar de que sabía que no podían hacer nada porque Takemichi ya no estaba. Aunque Naoto aún seguía allí.
A cada uno de sus amigos, con los que aún mantenía contacto, les preguntaba cómo veían a Manjiro, pero ninguno mencionaba nada fuera de lo normal. Emma le decía que daba paseos a veces, pero que la cuidaba. Draken estaba asombrado porque las notas de Mikey habían mejorado, apenas, pero rasguñar unos cuantos puntos no estaba tan mal, que, si seguía así, pasaría al siguiente año sin problema. Chifuyu no mantenía contacto con Mikey, pero lo había visto un par de veces con Babbu. Por último, Hina le dijo que a veces lo veía hablando con Takemichi, pero que sentía que no era lo mismo; ella también había intentado hablar con él, pero le pareció que era amable solo por el aprecio que le tenía, aprecio que parecía estar en riesgo si se acercaba de más.
Estaba echada sobre la cama de su habitación. La había movido para que estuviera cerca de la ventana, de modo que pudiera ver el cielo. Extrañaba a Manjiro apoyado a su lado mientras su voz amodorrada adivinaba las formas de las nubes. Extrañaba el poder que sus ojos de abismo tenían sobre ella. La calidez de su piel y las veces en las que tenía los dedos tan fríos que ella se los tomaba para calentarlo. Extrañaba, más de lo que se había imaginado, el ímpetu de sus besos que ponían en evidencia su personalidad caprichosa y exigente, que le arrebataban el aliento y la hacían desear más. Extrañaba su risa, las buenas carcajadas que largaba, las que le sabían dulce porque eran reales. Extrañaba cómo su sola presencia la hacía sentir segura.
Lo extrañaba más de lo que se había imaginado, y la preocupaba en partes iguales. Sin embargo, no podía hacer demasiado, no con su negativa a recibir sus mensajes y llamadas. Además, si bien se había terminado el contrato de su beca, aún tenía que devolver en años todo lo que había aprendido. Eso significaba que debía quedarse allí al menos dos años, impartiendo cursos de japonés para la embajada.
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Destino fortuito || Manjiro Sano x Reader
FanficCuando (T/N) se encontró con Manjiro, salpicado de sangre, en mitad de un callejón y él le ofreció un aventón, jamás imaginó que lograría superar sus prejuicios para poder mantener una amistad con él, generando una cadena de sucesos que aunarán el p...