Capítulo LXV: Reencuentro

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Los tres chicos compartían miradas entre ellos. Chifuyu esgrimía una sonrisa, divertido. Takemichi tragaba grueso. Y Yamagishi parpadeaba como si no se enterara de nada.

—¿Yo? —Yamagishi se señaló a sí mismo, aún sin procesar que (T/N), de todas las personas, hubiera pedido hablar con él apenas regresó a Japón.

—Eres el experto en pandillas, ¿no?

—Sí, bueno... Es que ya no ando metido en eso, ¿sabes?

—Y no te estoy pidiendo que vuelvas a hacerlo, ¿pero quizás has escuchado algo? ¿De alguna nueva pandilla? Algo de... ¿De Manjiro?

—Ah... —Yamagishi se ajustó los lentes, comprendiéndola—. He escuchado cosas.

—¿Cosas? —dijo Chifuyu, jugando con Peke J y un plumero.

—Bueno, la sala de juegos que frecuento también sirve para que algunas personas de dudosa procedencia se reúnan.

—¿Qué? ¡Pero te dije que no fueras a esos lugares solo! —reclamó Takemichi, su entrecejo arrugándose un poco.

—Yo solo voy a jugar, en serio —se defendió Yamagishi—. Y solo es coincidencia que haya escuchado un par de conversaciones...

—Eso de un par suena a más —dijo Chifuyu, lanzándole la misma mirada reprobatoria que su mejor amigo.

Yamagishi hizo un mohín, exasperado, pero se ruborizó cuando la chica tocó su mano.

—Deberías hacerles caso, no puedes meterte en problemas.

—Lo mismo te digo a ti. —Yamagishi retiró la mano con suavidad, sin querer recordando los ojos de abismo de Mikey—. No sé si Mikey sea el jefe de la pandilla que más recientemente ha estado causando estragos, pero en efecto hay una que asalta a mano armada y, creo, que también trafican con armas...

(T/N) exhaló por la boca y se apoyó de la cama de Chifuyu, compartiendo una mirada con él, como confirmando sus sospechas.

—¿Pero a Mikey se lo ha visto allí? —susurró Takemichi, como si temiera estar rompiendo algo con sus palabras.

—No estoy seguro. Quiero decir, han mencionado a muchas personas. Del único del que estoy seguro es de Kokonoi.

—¡¿Koko?! —dijo Takemichi, estupefacto.

—Entonces, quizás Inupi sepa algo —comentó Chifuyu—. Podríamos ir a verlo.

—Tú eres amigo de Inupi, ¿no? —dijo (T/N) a Takemichi.

—Si, bueno, es que tampoco es que hablemos mucho... —Hanagaki desvió la mirada—. Es que yo he estado buscando un buen empleo para que Hina se sienta segura conmigo, y no quiero meterme en más problemas. Ya no somos niños.

—Es cierto. —La chica curvó los labios—. Me basta con que me des su contacto, por favor.

Takemichi le pasó el celular con el número y miró a su mejor amigo, que acunaba al gato entre sus brazos.

—¿Tú piensas involucrarte en esto?

—... —Chifuyu posó las pupilas sobre las de Takemichi y respondió—. Iré tan lejos como (T/N) vaya. No puedo dejarla sola.

—¡Pero...! —intentó protestar Takemichi.

—Sé que es peligroso y no quiero arriesgar a nadie —atajó ella, devolviéndole el celular—. Pero ya sabes cómo es Chifuyu de testarudo. No te sientas mal si tú no te sientes seguro de unirte, porque no vine con intenciones de reclutar a nadie. Además, prefiero que cuides de Hina.

Destino fortuito || Manjiro Sano x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora