–Ahora que cumpliste los dieciocho– dijo sirviendo en su vaso un poco de vodka– ¿Qué vas a querer?
Preguntó.
–Quiero ir a Francia.
Respondí.
...
Había pasado un año desde que ese recuerdo fue realidad. Ese día en el que le prometí a mi padre que no me enamoraría del país y que regresaría para retomar mis estudios en Rusia y convertirme en el heredero de la mafia Lermontov. Aunque todo cambio al observar la belleza, no solo de la ciudad del amor, si no de toda Francia. Así fue que apesar de la insistencia de mi padre, me enamore del país. Así que utilice la universidad como excusa para quedarme.
Hoy, primer día de clases, partí a la universidad. Allí múltiples chicas y omegas esperaban pacientemente para verme. A pesar de sentirme asfixiado con todas esas asquerosas feromonas, entendía el porqué de su acoso. Después de todo, soy un alfa dominante, ruso y multi millonario. ¿Qué omega no se enamoraría de mí? Ignorando la mezcla de olores y el disturbio que habían formado entre a la universidad sin darles importancia.
–Los omegas sin duda son inútiles–dijo mi mejor amigo que me seguía de cerca –Ven a un alfa dominante y ya se le quieren lanzar encima.
Añadió enfadado. Él también es un alfa dominante y uno muy guapo. Que hubiera dos alfas dominantes, uno francés y otro ruso, solo empeoraba las cosas. Para no hacerlo enfurecer más simplemente sonreí. Toda esta situación me divertía demasiado. No era tan divertida como torturar a los estúpidos alfas o betas que desafiaban a los Lermontov, pero era suficiente para mantenerme mi necesidad de sangre al margen. Como era de esperarse el timbre sonó, anunciando el inicio de clases y la guerra campal por pasar entre todas las personas para llegar a la sala. Entre todo ese disturbio empezamos a caminar abriéndonos camino entre los múltiples alfas, betas y omegas que se interponían.
–Mira por donde vas.
–Lo siento.
Escuche decir, seguido de unos cuantos quejidos y para culminar, un choque directo contra mi abdomen. Lo que fuera callo al suelo y un quejido fue lo único que escuché. Al bajar la mirada, un pequeño omega recogía sus múltiples libros con rapidez.
–¿Estás bien?
Pregunté estirando mi mano para ayudarlo a levantarse. El chico se levantó y en cuanto vi su rostro mi cabeza entró en shock. Era perfecto, lo que siempre había buscado. Tenía un hermoso cabello negro y unos ojos azules que con tan solo una mirada te embrujaban. Su cuerpo era delicado y era mucho más bajo que yo.
–Gracias.
Murmuró y siguió su camino para perderse entre la multitud. Cuando caí en cuenta solo había una pregunta en mi cabeza, ¿Acaso no sabe quién soy? Soy el alfa más apuesto de toda la escuela, incluso los alfas se sonrojan al verme pasar. ¿Cómo es posible qué un insignificante omega no lo notará? ¿Por qué el único omega que me ha cautivado únicamente me dijo un simple gracias? ¿Por que no intento usar sus feromonas sobre mí?
–No me digas que te gusta.
Dijo mi mejor amigo, Adrien, para sacarme de mi trance.
–¿Quién es?
Pregunté. Era obvio que me gustaba y no iba a esconderlo.
–Étienne Duval, apesar de su fantástica apariencia es un simple nerd que consiguió una beca para entrar aquí. Es el segundo hijo de la familia Duval, unos simples campesinos que tienen una pequeña panadería para sobrevivir.
Informó.
–Es lindo.
Murmure sonriendo. Ese tal, Étienne Duval, había entrado a la boca del lobo sin darse cuenta. Por qué cuando yo, Aleksander Garryovich Lermontov, quiero algo, lo consigo sin importar el precio...
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Peligro Ruso
Romance¿Que hacer si te enamoras de un omega en un país extranjero? Para Aleksander Garryovich Lermontov, la respuesta era más que clara. Pero... ¿es la respuesta correcta. +18 Publicada: lunes, 12 de febrero de 2024 •Esta historia contiene partes que much...