Объявленная война

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La oscuridad de la noche cubría la mansión. El sonido parecía prohibido por su silencio sin fin. Esto no impediría que mi vista notará la silueta que las escaleras bajaba. Sus facciones definidas se habían esfumado, pero, su estatura me permitió reconocer al omega frente a mi.

-¿Me estabas esperando?

Pregunté. Mi única respuesta fue el silencio que dominaba cada rincón. Con cuidado me acerqué para notar sus somnolientos ojos cerrados en un sueño profundo. Ante la vista un diminuta sonrisa se formó en mi rostro. Con demasiado cuidado deslice mis brazos, escondiendolos debajo de su cuerpo. Usando una fuerza diminuta lo levanté y subí las escaleras en dirección a nuestra habitación.

-¿Aleksander?

Murmuró. Ante el ruido miré sus hermosos ojos que me miraban somnolientos.

-Sí, soy yo.

Respondí acostándome a su lado.

-¿Cómo te fue?

Pregunto con una adormilada sonrisa.

-Me fue bien.

Respondí con simpleza acariciando su rostro. Como si mi mano fuera una canción de cuna, se durmió sobre mi brazo. Esa vista fue simplemente conmovedora. Tener a mi omega así causaba un gran enredó en mi corazón.

-Descan-

-¡Jefe!

Exclamó Caesar entrando a la habitación. Inmediatamente, me levanté y salí de la habitación cerrándola con suavidad. No deseaba asustar al dulce omega que descansaba con fervor. Aunque sabía que en cuanto despertara se llevaría una gran decepción al no verme allí.

-¿Qué sucede?

Pregunté acariciando mi frente con frustración. ¿Cuándo demonios podríamos tener una noche tranquila? Mi único deseo es dormir tranquilamente a su lado aunque sea una sola vez.

-El barco en el que viajaban las armas y la nueva droga fue bombardeado en cuanto llego a la Aduana.

Informo.

-¿Fue bombardeado?

Pregunté mirándolo con sorpresa.

-¿Qué fue bombardeado?

Pregunto Étienne restregando sus ojos. Ambos lo miramos y en un movimiento rápido lo llevé de vuelta a la habitación. Con un simple, "volveré pronto", baje las escaleras en dirección al automóvil que afuera nos esperaba. La dirección estaba más que clara y eso el chófer lo sabía. Así que con firmeza presiono el acelerador y arranco en dirección al lugar de encuentro.

Ya en el lugar bajamos rápidamente buscando el barco. Aunque lo único que encontramos fue a la policía que investigaba la escena. Inmediatamente, mire a Caesar enojado. No podían descubrir las armas y mucho menos la droga. Siquiera él, siendo mi mano derecha, se salvará de la pena de muerte a causa de ese error.

-Tranquilo amo, ya me encargue de enviarles anonimamente una buena cantidad de dinero. Simplemente dirán que uno de los motores fallo y exploto. Además no saben de quien es el barco.

Informo para tranquilizar mi rostro serio. Ante esa noticia, buena en parte, camine hacia el comandante que "analizaba" la escena como si de algo fuera a servir.

-¿Tiene alguna idea sobre quien se atrevió a hacer esta mierda?

Pregunté con confianza. Ante mi gruesa voz el alfa se tensó y me miró con curiosidad. Tras unos minutos de shock, respondió con un movimiento de cabeza. No tenían ni puta idea de nada justo como Caesar dijo. Es increíble como el mundo es dirigido por la corrupción y el chantaje. La élite se aprovecha de la necesidad para lograr sus objetivos. Ni pensar que soy parte de esa élite. Con una sonrisa me acerqué al muelle y observé la gran bala proveniente del cañón de un solo barco. El barco de lo Yaroslanov. Después de tantos años sin dar la cara, ahora que soy feliz quieren aparecer. Que cojones tan grandes tienen.

-Чертовы грязные собаки!

¡Malditos perros sarnosos! Esos imbéciles saben como distraer. Rápidamente corrí hacia el punto ,as cercano que me diera una protección certera.

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora