Союз

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-¡Étienne!

Exclame siguiéndolo al exterior. Su agilidad era irritante, pero su velocidad era disminuida por el bulto que aferraba a su pecho. Con unos simples pasos pude alcanzarlo y agarrarlo fuertemente de la cintura limitando su escape. Ante el frenado inminente el bebé lloro si pena.

-¡Suéltame!

Rogó con despreció. Estaba asustado y eso lo entendía pues yo también lo había pasado. Sus ojos llorosos y llenos de adrenalina me destruyeron y sus exclamaciones solo completaron el trabajo.

-Señor, yo me encargo del bebé.

Dijo Alexia agarrando al bebé que a cántaros lloraba. Inmediatamente me centré en Étienne, esperando pacientemente a que se rindiera. Mucho tiempo no paso cuando ya lloraba sobre mi brazo dando leves empujones.

-Si no lo hacía, iba a matar a Lev. Él tenía problemas de ira, nunca fue una buena persona.

Explique. En respuesta, las lágrimas cayeron y un movimiento de negación se formó.

-El señor Lermontov era un buena persona. Él me trató como si estuviera en casa.

Dijo.

-Sí tan solo hubieras crecido aquí no dirías lo mismo. Lo viste, viste como golpeó a Lev con intención de matarlo. Viste como te culpo por lo errores de esa maldita.

Añadí. Él aún es muy inocente para comprender la maldad que una persona puede llegar a tener. Aunque, no me puedo quejar, yo así lo escogí, al igual que a Jace.

Con calma lo cargue y lleve adentro. Al ver a mis hermanos sentados en el comedor pensé en todo lo acontecido. ¿Tome la mejor decisión? ¿Fue lo correcto acabar con la vida de ese maníaco? Ignorando eso me dispuse a subir las escaleras, pero, al observar el enorme marco que daba directo con la escena, decidí devolverme pues esa es la única subida. Ya en el comedor senté a Étienne 3n unas de las sillas siendo observado fijamente.

-¿Por qué papá dijo eso sobre mi? ¿Mamá está muerta?

Preguntó mirándome fijamente.

-Prometiste que no la lastimarias. Que solo volvería al campo. ¿Por que me mentiste?

Pregunto la única chica.

-Yo no la mate. Quizás él lo hizo en un ataque de furia sin decírselo a nadie.

Sugerí.

-No, el amaba mucho a mamá. ¿Por que lo haría?

Pregunto.

-Lev...- murmure para respirar profundamente -Tú, no eres un Lermontov. Eres hijo d en hombre francés que mamá conoció durante uno de sus viajes.

Explique. Todos me miraron con sorpresa y el protagonista negó sin más.

-Es imposible.

Murmuró.

-Tu madre se lo confenso en venganza por su destierro. Supongo que no esperaba que su mismas palabras acabarán con ella.

Añadí. Todos estaban en shock. Ninguno supo que hacer o decir dejando un silencio abrumador en el ambiente. Silencio que fue terminado por Étienne que abrazo al omega en consuelo. Ya en su pecho, el rubio se dispuso a liberar sus tristeza. Siguiendo sus pasos Aaliyah y Pavel se acercaron y se unieron al abrazo. Aunque me pareció rara la presencia del alfa la acepte, pues era un momento triste. Decidí suponer que Alexia lo había llamado en cuanto la desgracia ocurrió.

Y con mucho pesar en mi corazón me uní al abrazo.

-Esto nunca volverá a pasar, lo prometo. Sin importar que, nosotros somos los Lermontov. La familia más poderosa de Rusia y siempre será así.

Anime. Mi omega me miró con el mismo pesar y en respuesta recosté mi barbilla sobre su cabeza. En ese momento todo fue perfecto, las lágrimas cesaron y en ese pequeño abrazo reinaba el afecto y la paz familiar. Incluso Pavel disfrutaba.

-Yo también quiero.

Dijo Adrien llorando como un idiota. Aún así se unió al abrazo. Y por no arruinar el ambiente, le permití llenar de mocos mi camisa.

...

Aunque no todo lo bueno dura para siempre...

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora