Tras la pregunta todos lo miraban con intensidad esperando una respuesta. Aunque su única respuesta, por obvias razones, solo fue miedo. Terror de ser juzgado, justo como lo había imaginado. Desde el principio supe que él es mucho más débil que cualquier otro omega.
–Padre, él es francés, no sabe ni una pizca de ruso. – intervení –Y ustedes dejen de mirarlo como si se lo fuesen a comer vivo. Lo ponen nervioso.
Ordené. Inmediatamente, todos volvieron a concentrarse en su plato de comida y yo hice lo mismo, pero con mi omega. Al verlo temblar agarre su mano. Era un modo telepático de decirle que todo estaba bien, que no le debía de tener miedo a nadie, porque yo siempre lo protegería.
–Lo siento, no sabía – dijo con una sonrisa amable. Esa que rara vez mostraba a alguien. – Mm... ¿Comment tu t'appelles? Disculpa mi francés, hace años que no lo habló.
Se excuso.
–Je m'appelle Étienne Duval.
Respondió con una sonrisa.
–Te sacaste la lotería, es un chico muy lindo.
Aseguró mi padre, mi "amada" madrastra no dudo en compartir su opinión. Desde lejos se notaba que lo estaba examinando a la perfección y planeando como usarlo en mi contra, mas eso no fue lo más que me molesto. Lo que hizo mi sangre arder fue el notar que el imbécil de Pavel, no lo dejaba de mirar con lujuria y el notar la mirada de asco de Lev, cambio mi enojo por tristeza. ¿Por qué el segundo omega más importante de mi vida odiaba a hurtadillas a mi omega? Algo simple tenía que dañar la perfección de mi ser. Aunque olvidé todo al notar como mi padre y Étienne hablaban con mucha alegría.
–Alexia, prepara un "Gâteau Saint Honoré" para nuestro invitado.
Ordenó mi padre. La mujer sonrió y camino hacia la cocina. A pesar de que todos nuestros chefs eran rusos habían sido entrenados para cocinar cualquier tipo de comida. Tras la orden ambos continuaron hablando de cosas triviales y aunque el omega no entendía muy bien todas sus palabras siempre las analizaba y así lograba encontrar su verdadero significado.
Después de una hora llego el ansiado postre. Para todos era un simple pastel, el cual era el plan principal. Pero, mi padre había ordenado hacer esa famosa tarta francesa solo para el omega. Para mi hermano menor fue una ofensa, pues, él siempre fue el consentido de papá y que otro omega le quitara el puesto no era de su agrado. Con furia comió su pastel observando como el de ojos azules levantaba el cubierto para saborear aquella delicia.
–¿Cuándo se casaran y me darán un nieto?
Pregunto el hombre mayor.
–Quisiera que fuera en un mes, por lo menos.
Respondí.
–Me gusta la idea, así en más o menos un año, podré cargar a su hijo.– Hablo– Hablaré con Adelina para que tome sus medidas y le enseñe sus bocetos. Seguro uno le gustará.
Informó. Adelina ha confeccionado la vestimenta de la familia durante años. Se podría decir que es la mejor costurera que hay en todo Rusia. He visto algunos de sus diseños de bodas y son fabulosos. Estoy seguro de que alguno llamara su atención. Con eso en mente, acordamos que mañana mi omega iría con Caesar y Adelina a verificar y comprar las cosas. Lamentablemente, no todo fue felicidad. Mi madrastra se ofreció para ayudar a Étienne a escoger y como mañana tengo cosas que hacer, no pude negarme. En cuanto el desayuno terminó lleve a Étienne con los tigres para que se entretuviera. Mientras, hable con Caesar y le pedí que se quedara con mi omega para acompañarlo y protegerlo de las garras de mi familia. Finalmente, me dirigí a mi trabajo con la confianza de que en cuanto regresara todo estaría en orden.
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Peligro Ruso
Romance¿Que hacer si te enamoras de un omega en un país extranjero? Para Aleksander Garryovich Lermontov, la respuesta era más que clara. Pero... ¿es la respuesta correcta. +18 Publicada: lunes, 12 de febrero de 2024 •Esta historia contiene partes que much...