Un pequeño niño. Lo único que faltaba para que mi padre saltará de alegría. Era como si nunca hubiera estado enfermo. Aunque, la realidad es muy diferente, para mí fortuna.
–Me gusta Aleksey– dijo – ¿Qué crees?
Pregunto mirándome con emoción.
–Te das cuenta de que se llamara Aleksey Aleksandrovich Lermontov.
Informe sorprendido.
–Eso es lo de menos.
Soltó con una sonrisa.
–Si a ti te gusta.
Me limite a decir. Con verlo feliz me bastaba y él lo sabía. Aún recuerdo ese primer día que chocamos en aquellos pasillos. Quien diría que pronto seremos padres.
–Aleksander, ¿me puedes traer un tiramisú?
Pregunto. Con suavidad me levanté y caminé hacía la cocina. Allí le pedí a Alexia que con gusto empezó a emplatarlo lo más rápido posible. Étienne debería agradecer que a Lev le encanten, por que si no tendría que esperar mucho tiempo.
–Jefe, lo Adriknov desean organizar una reunión en su casa esta noche, necesitan saber si cuentan con usted.
Explicó Caesar.
–Diles que sí.
Respondí rápidamente. Agarre el platillo y caminé junto a Caesar que me explicaba los detalles. Estos dejaban en claro que Étienne no debía ir.
–Aquí esta el tiramisú.
Dije sonriendo. Con un movimiento rápido me senté a su lado. El omega agarró el postre y empezó a degustarlo con un notable placer.
–Cariño, hoy tengo que ir a una reunión por la noche.
Informe acariciando su cabello. No deseaba dejarlo solo durante la noche y menos ahora que esta embarazado. Lamentablemente esa reunión me ayudara a convertirme en el presidente de Rusia lo más pronto posible. Su rostro lleno de extrañeza analizaba mis palabras cons seriedad. Tanto así, que el tiramisú se quedo esperando la mordida.
–Okay.
Se limito a decir. Era obvio que no le gustaba la idea y entendía el por que. Mi madre siempre me recordó que un omega embarazado siempre buscará compartir con su alfa. Incluso si se odian a muerte se unirán para cuidar de la salud del bebé. Pues es muy sabido que las feromonas son un factor super importante durante el proceso.
–Iré a prepararme.
Informe. Para mi sorpresa Étienne me siguió en todo momento. Ya en el baño de nuestra habitación mi abrazo con fuerza. Correspondi el abrazo, pero, mis manos se movilizaron más allá desnudandolo por completo. Su piel denusda brillaba ante la tenue luz de la habitación. Con franqueza me acerqué a él.
–¿Quieres?
Susurré. El pequeño omega dio un tierno brinco. Aunque su mirada pronto se tranquilizo. Con él es movimiento asintió dejando ver su interés. Uno diminuto, pero certero. Con suavidad aleje su rostro y besé sus labios con locura. Mis manos se movieron sola apretujando su trasero. Ante mi impaciencia lo levanté y pegue contra la pared de la ducha. Necesitaba penetrarlo ya, mi cuerpo lo pedía, mi pene lo pedía. Controlando mi instinto entre suavemente en su pequeño trasero.
–¡Duele!
Se quejó golpeando mi hombro con desespero. Recargando su peso sobre al pared, aleje mi mano de su muslo para acariciar su rostro y tranquilizar las lágrimas que empezaban a asomarse.
–Pronto te acostumbraras.
Consolé. Mi mano nuevamente volvió a su lugar de origen dando paso a la continuación. Lentamente fue entrando. Con tan solo la mitad adentro Étienne volvió a detenerme. Ya mi nuca paciencia se estaba esfumando.
–No entres más.
Dijo. Para mi sorpresa lágrimas se habían esfumadodejando un leve rastro atravez de sus ojos hinchados. Así que a esta profundidad estaba mi hijo. Un dato muy interesante y molesto en estos momentos. Con lentitud y cuidado me empecé a mover.
–Ah... aah.
Gimió. Su hermosos ojos me miraban fijamente embrujandome como cada día. Deseaba poseerlo por toda la eternidad. Encerrarlo en una habitación donde nadie pudiera apreciar su belleza a excepción de mi. Ante ese perversos pensamiento mi cuerpo se movió solo haciendo del omega un gran desastre.
–Aah ah Alek-¡Aleksander!
Exclamó dejando su semen fluir sobre mi abdomen. Conuna sonrisa burlona saque mi peme de su interior y lo arrodille en el suelo. En estos momentos no sirve de nada correrme en su interior.
–Chupalo.
Ordené. Al principio él omega me miró extrañado. Aunque después su cara cambió a una de "Tengo que chupar eso que estuvo en mi trasero".
–Sí tienes que chuparlo. Tu interior es solo un toque de sabor.
Persuadi. Con un rostro lleno de duda lo beso e introdujo a su cavidad. Sin duda necesitaba esto. El calor d esu boca me estaba excitando de una forma rápida. Gracias a eso no pude contener mi semen, corriendome en su boca.
–Tragalo.
Dije al ver que estaba apunto de escupirlo. Si hubiera querido que lo escupiera me hubiera corridos en su cara. Es mejor y más excitante. Aunque, estoy empezando a creer que su rostro después de chupar un pene es mucho más excitante. Con suavidad besé sus labios y abrí la pluma dejando caer el agua sobre nuestros cuerpo desnudos.
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Peligro Ruso
Romans¿Que hacer si te enamoras de un omega en un país extranjero? Para Aleksander Garryovich Lermontov, la respuesta era más que clara. Pero... ¿es la respuesta correcta. +18 Publicada: lunes, 12 de febrero de 2024 •Esta historia contiene partes que much...
