Наша сделка

5K 414 12
                                        

Entre a la habitación con mucho cuidado. No sabía que me esperaba adentro, quizás había conseguido mi colección de manoplas y eso me asustaba. Al abrir la puerta lo vi allí sentado todavía llorando. Sonreí al notar que no había encontrado ningún arma blanca. Me senté a su lado y lo miré durante unos segundos.

–Te amo.

Solté. En respuesta el omega me miró con asco. Aunque no hubiera hablado, con esa simple expresión me dejo clara su respuesta. Eso me enojo hasta tal punto que mi mano se convirtió en un puño que lastimaba mi piel, pero, me calme. Si no lo trataba con suavidad nunca lo iba a enamorar y en ese caso, solo me quedaría una opción, convertirlo en mi omega a la fuerza.

–¿Qué debo hacer?– al principio solo me miró con curiosidad, pero después solo volteo la mirada – ¿Qué debo hacer para que me ames?

Pregunté, observando su cabello. Al notar que no me respondería me levante con decepción y camine hacia la puerta.

–Una pareja de tigres albinos. Deben ser de Bengala.

Respondió con firmeza.

–¿Si los traigo me amaras?

Pregunté.

–Incluso me casaré contigo si los traes en dos días– Dijo mirándome con seriedad– Sí fallas me llevaras a casa.

Ordenó. Con una sonrisa asentí dejando en claro nuestro trato. Él dudaba de mis capacidades, pero, lo que no sabe es que puedo traerlos en media hora si se me antoja. Camine con confianza a la habitación en donde esa puta estaba siendo golpeada. Adentro solo se escuchaban sus gritos y súplicas, las cuales eran ignoradas.

–Les tengo una tarea muy importante. –dije llamando la atención de los presentes.–Aquel que me traiga un tigre albino de Bengala en dos horas, se llevará 10 000 000 ₽ a casa.

Al principio pensaba darles la famosa media hora, pero, no quiero ser tan malo. Después de golpear a esa mujer deben estar algo cansados. Con toda la calma del mundo les explique y apunte a los interesados. Eran pocos, pues muchos tenían que volver a casa con sus familias. Normalmente, los hubiera golpeado o asesinado, pero hoy estaba de buen humor así que les di un bono de 5 000 ₽. Los pocos que quedaron salieron de la habitación corriendo para llegar a su destino. Mientras tanto les di diez minutos de ventaja y tras esto el cronómetro comenzó a girar. Salí de la habitación con alegría y me senté en el sofá a leer el periódico.

–Hermano.

Saludo mi pequeño Lev. Con toda la emoción del mundo le pedí que se sentara a mi lado. Le conté que ya lo había vengado y que seguramente nadie la volvería a ver igual nunca. A pesar de sorprenderse por los detalles, sonrió y me agradeció el favor. Seguimos hablando de cosas triviales hasta que los pasos de mi padre y hermano retumbaron por la enorme habitación.

–¿Cuándo me vas a presentar a mi yerno?

Pregunto con seriedad.

–Ten paciencia padre. Mañana durante el desayuno lo conocerás, claro si bajas a comer.

Dije con seriedad.

–Tranquilo mocoso, no pienso morirme hasta no tener a mi nieto en brazos.

Añadió.

–¿De qué hablan?

Pregunto Pavel, mi estúpido hermano. El causante de todos los problemas de la familia. Pensaba no decirle nada, pues padre lo haría, pero al ver la cara de sorpresa de mi hermanito comencé a hablar.

–Es un chico que conocí en Francia. Su nombre es Étienne.

Informé. Ante esto Pavel sonrió. Conocía muy bien sus pensamientos. Para él, mi lindo omega simplemente era mi punto débil. Él tan tonto cree que después de todo lo que padre me hizo pasar, para que aprendiera a defenderme, iba a caer por un omega. Tengo años de práctica, años en los que he visto a mis seres queridos morir, ser golpeados o incluso traicionados. Por más que mi corazón le pertenezca, mi mente siempre será la misma. Esa que fue creada aquella fatídica noche en la que el cuerpo, lleno de moretones, de mi madre cayó al suelo. Esa que me convertía en un monstruo sin sentimientos ni bondad. Nada cambiaría eso siquiera... Étienne.

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora