–Buenos días.
Saludo el alfa en cuanto entre en la sala. Su postura calmada y segura me obligo a ponerme alerta. ¿Qué planea con su postura imponente y su vaso de whisky?
–Si viniste de China debe ser algo importante.
Bromee tratando de ocultar mis sospechas.
–Primero me estafas y después te burlas de mi.
Hablo golpeando el vaso contra la mesa. El liquido restante busco uan ruta de escape. Aunque s ele hizo imposible. Las feromonas de Manzanilla llenas de odio inundaron el lugar. Su ego estaba por el piso, lo cual hizo que su enojo aumentará.
–¿Estafarte? ¡Ja! Desde en principio te deje en claro mis reglas.
Le solte. El alfa furioso agarro el cuello de mi camisa.
–Jamás me dijiste que me venderías un simple caparazón.
Murmuró sobre mi rostro. Con una simple risilla agarre su mano y me libere de su agarre. Aunque el aire se volvió demasiado tenso. Los omegas y betas de la casa se empezaron a arrastrar por el suelo en busca de ayuda. Mientras que Pavel, Taras, Adrien y los guardias los ayudaban a salir del lugar.
–¿Te crees muy dominante?
Pregunto utilizando su voz dominante. Haciendo que todos en la casa se detuvieran. Los omegas empezaron a temblar asustados y Alexia se acercó para servir más té. La única omega que puede soportar las feromonas dominantes de los alfas. Y la verdad no me sorprende. Ella llego a la mansión desde que tenia trece. Cuando mi abuelo aún vivía.
–Gracias Alexia...
Murmuré agarrando la taza y sentándome con tranquilidad.
–Pronto esa sonrisa se borrará.
Amenazó saliendo del lugar.
–Yo no me preocuparía por eso.
Hablé deteniendolo durante unos segundos. Al finalizar este tiempo siguió su camino.
–Alexia, busca en cada parte de la casa cualquier objeto sospechoso. Después interroga a a todos los empleados. Cualquier cosa sospechosa avísame sin dudarlo.
Ordené levantándome. En cuanto el carro se alejó ayude a abrir las ventanas para libera el lugar de las horribles feromonas. Con un largo suspiro de aire fresco subí las escaleras. Toque la puerta de la habitación. Aunque esta no abrió.
–¡Étienne!
Exclame golpeando al puerta con suavidad. Espere algunos segundos y volví a tocar y no hubo respuesta alguna.
–Caesar, pon la contraseña.
Pedí al beta. Que apesar de seguir algo mareado me siguió sin dar algún indicio de malestar. Con rapidez busco un pequeño botón y lo presiono. Utilizando su huella dactilar abrió la puerta de madera de roble.
–Étienne...
Murmuré entrando al lugar. Allí solo se encontraban Alekseý que era custodiado por los felinos.
–Pequeño, ¿dónde esta mamá?
Pregunte al alfa que se concentraba en los dibujos animados qué estaban en el televisor. El pequeñín señaló el baño. Alli la puerta permanecía cerrada.
–Étienne abre la puerta.
Murmuré acercándome.
–Aleksander...
Murmuró desde adentro. Se escucho la cerradura abrirse. Aunque la puerta nunca se abrió. Pronto se escucho un fuerte golpe. Apurado abrí la puerta para encontrarlo sentado en la tapa del inodoro con la cabeza recostada sobre la bañera. Por suerte la bebé estaba sentada sobre su falda.
–Étienne.
Murmuré acercándome algo preocupado.
–Llama a la doctora. Que venga inmediatamente.
Ordené. Caesar rápidamente salió del lugar. Con cuidado lo levante y recosté sobre la cama rogando qué solo fuera un simple desmayo por cansancio y estrés. Aunque al ver la mesa de noche toda esperanza se esfumó. Allí un vaso transparente casi vacío afirmó mis miedos. Al acercarme para observar el agua note un color extraño. Su olor era notablemente desagradable. Justo como el BI7.1, un veneno que destruye lentamente los órganos. Causando un dolor insoportable qué acaba contigo antes de que el veneno pueda consumirte.
–Que traiga el antídoto del BI7.1.

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Peligro Ruso
Romance¿Que hacer si te enamoras de un omega en un país extranjero? Para Aleksander Garryovich Lermontov, la respuesta era más que clara. Pero... ¿es la respuesta correcta. +18 Publicada: lunes, 12 de febrero de 2024 •Esta historia contiene partes que much...