Александр!

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Nos sentamos en aquella hermosa mesa para recibir los buenos deseos de los invitados. Uno a uno pasaban con la sonrisa más falsa que podían tener. Después de todo, en la vida de la élite rusa, siempre existirán las sonrisas falsas. En este mundo, todo se hace por conveniencia. Porque solo el más fuerte vive y el débil siempre será su escalón hacia la cima.

Pronto todos ya habían dado sus buenos deseos y con eso se anunciaba el inicio del baile. Con una sonrisa extendí mi mano hacia Étienne. Este la acepto con gusto y camino a mi lado hacia el centro del hermoso invernadero. Allí juntamos nuestros cuerpos y nos movimos al ritmo de aquel romántico vals. Nuestras miradas se negaron a separarse y con suavidad acercamos nuestros labios.

Para salir de ese trance invitamos a los demás a bailar. En la noche de bodas ya tendríamos tiempo para amarnos como nunca. Luchando para evitar su seductora mirada vi a mi amado Lev bailando con Adrien. ¿Acaso no le dejé claro que no se debía acercar a mi hermano?

–Se ven lindos juntos.

Hablo con una sonrisa burlona. En respuesta lo miré con odio. El pequeño simplemente se río con disimulo.  Así se aferró a mi pecho con ternura y siguió moviendo su cintura según lo que mi mano le dictaba. Con seriedad seguí mirando a la horrible pareja que bailaba a tan solo un metro de nosotros. En cuanto el vals finalizó todos empezaron a reunirse para hablar de negocios.

Con la seria mirada de mi padre sobre mi nuca me acerqué a los ancianos para hablar sobre mi entrada al mundo de la política. Conmigo Étienne fingía entender todo lo que esos viejos zorros hablaban. Aunque pronto Pavel se acercó. Obviamente, por orden de su madre que lo miraba con seriedad. Su deber aquí ya estaba claro, arruinar mis negocios y humillarme.

–Hermano. ¿Cómo piensas hacer todo eso cuando pronto serás padre?

Inicio.

–¿De qué estás hablando hermanito?

Pregunté disimulando mi enojo. ¿Pensaba utilizar a mi omega?

–Ay vamos hermano no hace falta disimular. Su cuerpo te sedujo y no pudiste esperar para cogerte a esa puta que trajiste de Francia.

Soltó. Leves susurro se empezaron a asomar en el ambiente.

–¡Pavel!

Exclamó mi padre enojado.

–Ay vamos papá. Incluso a ti te sedujo con esas curvas y ese redondo trasero.

Habló. Toda empezaron a mirar a mi omega que seguía sin entender nada. Con nervios se escondió detrás de mí. Esa acción solo empeoró las cosas. Para ellos, el omega entendía todo lo que estaban hablando.

–Parece que si lo hizo.

–Tiene buen cuerpo.

–No tiene vergüenza.

Susurraban.

–Creo que saldrías mejor llevándolo a un burdel– dijo –Incluso si da a luz a un omega será premio doble.

Añadió el alfa. Ese fue el colmo. Con furia mi padre lo golpeo.

–¿Cómo te atreves a hablar así de mi nieto?

Pregunto enojado. Inmediatamente, Lev y Aaliyah se acercaron a ayudar a mi padre a mantenerse en pie. Con seriedad me gire para ver a mi omega que se acercaba a mi aodre preocupado. Mi paciencia se ahabia acabado y mi sangre había empezado a arder. Con furia miré a Caesar que entendió mi mensaje. Con cuidado saco a mi padre y a los omegas del lugar. Aaliyah me miró y negó con la cabeza.

–Y ahora que, ¿tú también vas a golpearme?

Preguntó. Con suavidad me giré apretando mis puños con fuerza. Mi vista se había vuelto borrosa, pero con mi olfato seguí las feromonas y me aprendí frente a él...

–¡Aleksander!


Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora