J'y vais! Russie

2.6K 223 10
                                    

Con la primera luz de Sol, me preparé para lo que se avecinaba. Justo como había ordenado todo estaba preparado, era entrar y salir. Pobre del que se interviniera. Todos mis hombres estaban preparados para matar a quien fuera sin piedad. Por eso, a cada uno de ellos se le dio una foto del objetivo. Para que así no hubiera ninguna confusión. Ahora lo único que faltaba era deshacerme de Elaine. Iba a volver a Rusia con mi omega. No podía llevarla conmigo, no la necesitaba. Así que subí las escaleras teniendo claro mis planes. Ella dormía tan plácidamente que siquiera noto mis pasos. En un movimiento rápido la apunte con mi arma y les dispare justo en la cabeza. Odiaba dejar cabos sueltos y esa mujer era uno de ellos.

–Corta su cadáver y déjalo en una calle solitaria. Quémalo.

Ordené saliendo de la habitación. Ya no me interesaba lo que pasara con ese sucio cuerpo. Solo quería que la encontrarán rápido y así pudiera saciar las dudas que su familia mantuvo por este largo año en el que no supieron nada de ella. Es una pena que no la volvieran a ver, pero si la dejaba ir iba a ser una molestia para ellos. No solo por el psicólogo, sino porque se convertiría en un ser violento que rogaría verme. Pues, la convertí en una persona dependiente. Sin contar cuando se autoflagerara por un poco de placer. Así que se podría decir que le hice un favor a su familia. Uno muy agradable.

Las siete llegaron más rápido de lo esperado. Anunciándose con la hermosa luna que brillaba en el cielo. Aunque, ¿por qué el cielo se oscurecía? ¿Por qué no podía quedarse con ese tono claro que tanto me recordaba a mi omega? Eran preguntas sin sentido, pero me hacían enojar. Ignorando ese molesto dato entre a la biblioteca con una explicación castaña. Las cámaras ya habían sido apagadas y la mujer de la recepción no pudo terminar su "buenas noches". Entre al lugar y me acerqué al pequeño omega que temblaba en el suelo. La sangre de la mujer se había empezado a asomar.

–¡Juro que no vi nada!

Exclamó. Era obvio que estaba asustado. Pues en su cabeza solo pasaba que lo iban a asesinar. Mientras me acercaba él se alejaba cosa que me enfureció. Agarre su cabello y lo obligue a oler el paño blanco que contenía ese líquido causante de muchos secuestros. Poco a poco las lágrimas cesaron y esos hermosos ojos se cerraron. Me gustaba más así. Callado y sumiso. Acaricié su rostro con delicadeza y lo cargué en brazos. Salí del lugar y di la señal. Haríamos que esto pareciera un robo. Mientras el carro aceleraba la alarma sonó. Pronto llegarían los policías los cuales tendrán una crisis mental por encontrar todo el dinero ahí. Pensarán qué la mujer la activo antes de morir y en cuanto forense declare que no fue así. Se volverán locos. Al ser todo un caos nadie pensará en el estúpido omega que solo era conocido por su pequeña familia.

El avión privado nos esperaba con los brazos abiertos. Allí el piloto y copiloto trabajaban para mi. Así que no dirían nada. En unas cuantas horas estaría estaría mi patria Rusia. Vería morir a ese anciano y me adueñaria de todo. Con eso le daré una buena vida a mi omega y hermanos. Sin contar los múltiples niños que vendrán corriendo a saludarme después de un arduo día de trabajo. Para eso tenía que ganarme la confianza del omega de nuevo. Aunque es más fácil embarazarño mientras duerme. Mi maestro una vez me explicó que durante el matrimonio tu omega te puede odiar con todo su corazón, pero un hijo lo cambia todo. Todo el mundo sabe que en cuanto los omegas dan a luz cambian por completo y yo me aprovecharé de eso.

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora