Étienne no me ha hablado desde hace una semana. Cinco días que fueron tortuosos para mí. Por un lado luchaba por arreglar mi tonto error. Fue uan calentura momentánea por falta de contacto. Reconozco que eso no es una excusa.
-Pronto darán de alta a Natascha.
Me informó Lev. El pobre adolescente se había transformado en nuestra paloma mensajera. Incluso cuando se trata de nuestros hijos. Pues Étienne pidió que toda la información respecto a ellos fuera únicamente dicha a él. En cuanto la doctora me contó esa noticia no pude evitar sorprenderme. ¿Cuando Étienne se volvió así de celoso?
-Gracias por decirme.
Me limite a decir con pesar. Todo esto simplemente por perderme en las caderas de Magdalena. Que nunca serán mejores que las de mi omega.
-¿Ha habido algún avance?
Pregunto sentándose a mi lado.
-Ni uno solo.
Respondí.
-En mi opinión deberías esforzarte más. Si yo no veo ningún esfuerzo de tu parte, imagínate Étienne.
Aconsejó Caesar ayudándome con los documentos. Razón no le falta.
-Está bien, en diez minutos iré a verlo. Espérenme.
Aseguré poniendo manos en la obra para terminar mi trabajo lo más pronto posible.
...
-Buenos días.
Saludé alargando la "s" con alegría. Un ramo de flores acompañado de sus chocolates favoritos cargaba en brazos mientras me acercaba a la cama de hospital.
-Oíste algo Adelina, parece que hay una mosca molestando.
Habló mirándome fijamente. A su lado la costurera y amiga gran amiga del omega me miraba enojado. ¿Acaso también la puso en mi contra?
-Étienne, a pasado una semana. Ya es hora de que lo olvidemos y sigamos adelante. Además tampoco es como si me hubiera acostado con ella.
Dije ya algo cansado de la situación. Me frustra tener que estar lejos de mi familia incluso cuando he regresado de Moscú. ¿Cuando me volví tan sumiso? Probablemente cuando me enteré que Étienne es esa luz que me sacó de la oscuridad en aquella tormenta.
-Quizás aquí no, pero quien sabe cuantas veces lo has hecho allá.
Escucharlo hablar así me gaxua sentir culpable de siquiera poder oler a otra persona que no fuera él.
-Nunca lo haría... no me atrevería... - murmuré - Sí, antes lo hubiera hecho con gusto, pero yo se en que metí. Hace casi cinco años te aleje se todo y por un tonto trato que parecía imposible ante tus ojos y te obligue a casarte conmigo. Además de que te chantajeé con tu familia para que me dieras un hijo. Se que he hecho muchas cosas qu ete gan lastimado, pero nunca te he engañado.
Aseguré agarrando su rostro por que me mirara. Ante mis palabras el omega lucia sorprendido. Aunque los sollozos de Lev nos obligaron a mirarlo.
-Dices que lo amas, peor has sido muy cruel.
Sollozo. El no conocía la historia a fondo. No conocía lo que pasaba tras la puerta de mi habitación. Y apesar de saber que lo había traído en contra de su voluntad, nunca se imagino que todo lo sucedido habían sido chantajes y tratos injustos.
-¿De qué me perdí?
Saludo una voz muy conocida que luchaba por entrar con seis enormes bolsas de regalos tanto para la recién nacida, como para su hermano y madre.
-¿Adrien?
Pregunto Caesar sorprendido. El alfa simplemente le sonrió y continuo su camino hacia el interior de la habitación.
-¿No creyeron que me perdería el nacimiento de mi sobrina? ¿o si?
Pregunto dejando los regalos al lado de la cama. Rápidamente camino hacia el beta para abesar sus labios con pasión, obligando a Caesar a empujarlo para intentar escapar.
-Me alegra que hayas venido. Todos te hemos extrañado.
Saludé rodeado los hombros de Étienne con mi brazo. Aunque su mirada entristecida dejaba en claro su frustración. Y lo comprendo. El recordar que todo lo que hemos hecho hasta ahora ha sido creado a base de engaños es frustrante. Incluso para mí.
ESTÁS LEYENDO
Peligro Ruso
Любовные романы¿Que hacer si te enamoras de un omega en un país extranjero? Para Aleksander Garryovich Lermontov, la respuesta era más que clara. Pero... ¿es la respuesta correcta. +18 Publicada: lunes, 12 de febrero de 2024 •Esta historia contiene partes que much...
