конец

1.5K 92 6
                                        

China fue toda una aventura. O por lo menos lo único que hicimos que fue ir a comer. Aunque es un lugar hermosos jamás me podré acostumbrar a ver a muchas copias juntas.

–Por fin en casa. Bienvenido al hogar de la familia Lermontov, Han li.

Pavel le presento la casa al omega. Él mismo sonrió y siguió sus pasos al interior.

–Jamás pensé verlo con un omega y más sabiendo su extraño disgusto por el...

Hablo Aaliyah señalando su trasero. En respuesta levante los hombros y seguí mi camino hacia el jardín interior. Lugar donde Étienne había dirigido sus pasos. Al entrar los tigres Maia y Juay no recibieron con lo brazos abiertos. Pronto olfatearon a los niños para posteriormente pedir con esmero sus caricias.

–Nadie pensaría que son tigres.

Dije sentándome junto a Étienne. Juay no dudo en gruñirme, pero Aleksey lo mantuvo ocupado mientras jugaba con ellos.

–No le agarres la cola Alek.

Regaño el omega. El alfa se acercó con la cabeza agachada y se sentó a nuestro lado. Era su modo de hacer berrinche. Uno único y para nada molesto.

–Gracias, Étienne, por hacerme tan feliz y darme una hermosa familia.

Dije recostandome sobre su hombro.

–¿Debería agradecerte por secuestrarme? –mi rostro se torno serio  – Es broma, gracias por hacerme el omega más feliz del mundo.

Culminó.

–Te amo.

...

5 años después

...

–¿Ya vestiste a Natascha y Sascha?

Pregunto algo apurado.

–Bueno, Sascha es algo problemático.

Respondí. Con un rostro enojado Étienne se acerco y cambio al niño rápidamente.

–Te humillo totalmente, papá.

Habló Aleksey acercándose.

–Mentida.

Habló Natascha. Desde los tres años ha arrastrado un frenillo con la r. Uno que su hermano también tenía.

–Tu cállate Natascha.

Ordenó el mayor. El más pequeño y único omega masculino, Sascha, simplemente miraba la situación curioso.

–Respeta a tu hermana.

Ordené. El chico de mantuvo callado y se coloco al lado de su madre.

–Vamos, nos deben estar esperando abajo.

Pidió el omega. Sin esfuerzo levante la bebé de un año y seguí a Étienne y los demás hacia las escaleras. Abajo todos nos esperaban con uan gran fiesta para Lev, que se acababa de graduar.

–Felicidades hermano.

Dije alegre.

–Gracias Aleksander.

Respondió. A su lado Taras, disfrutaba de la champagne con tranquilidad.

–¿Donde están los demás?

Pregunto Étienne.

–Caesar fue prácticamente secuestrado por Adrien y Pavel intenta convencer a Han Li que no estaba hablando con mi hermana.

Explicó George. La verdad no me sorprende. El mundo no ha cambiado tanto. A excepción de que Pavel intenta concentrarse en formar una familia, Aaliyah viajó a los Estados Unidos para estudiar, Caesar y Adrien se casaron, Alexia y mi tío se fueron de viaje juntos, Taras y Lev se casaran pronto y nosotros tuvimos a nuestro ansiado omega. No es para nada como me lo hubiera imaginado cuando observe a Étienne en aquel pasillo. De hecho es mucho mejor.

–Papi, quiero ir con Juay y Maia.

Habló la chica señalando a los tigres que caminaban tranquilamente afuera de la mansión, esperando a cualquier intruso.

–Ahora no cariño.

Respondió Étienne salvándome. Después de todo Natascha es super difícil de calmar y más cuando quiere algo. Por lo cual prefiero dárselo y ya.

–Niños quédense con su tío, yo lls llevare. Dejen que eso feos se diviertan.

Habló Taras. Los niños lo siguieron y Lev agarro a Sascha librandonos de esa carga. Pronto fuimos a la pista del baile y no unimos moviéndonos al ritmo de la canción.

–El mundo se ha vuelto tan tranquilo desde que el cuatrenio acabó.

Hablé para romper el silencio.

–Sí, me alegra que pases mucho más tiempo en casa.

Respondió. El vals siguió al rito de nuestros pasos sincronizados como el día de nuestra boda. No se, si Étienne de enamoro de mi por su embarazo o por su corazón, pero me alegra que lo haya hecho. Su simple ausencia me convierte en hombre cruel qué solo piensa en su propio bienestar. Aunque cuando esta presente me vuelvo obsesivo con su simple mención. Sin duda ha he Ho uan magia que me perseguirá toda la vida. Al igual que la suave música que provoca nuestro movimiento placentero. Cuyo final es marcado por un tierno beso lleno de amor.

–Étienne no sabes cuanto te amo.

Susurré.

–Y yo a ti mi peligro ruso.




Fin

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora