Боль

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–¡Maldita sea!

Exclame lanzándolo al suelo detrás de un sofá que lomprotegia de los disparos provenientes de las ventanas. El omega simplemente me miró asustado viendo como su hombro no paraba de sangrar y el llanto del bebé solo lo empeoraba todo. El pánico lo estaba dominando y a mi también. ¿Por qué en los mejores momentos tienen que pasar cosas así? ¿Porque le dispararon a Étienne? ¿Cual es su maldito objetivo? Ese tipo de preguntas rondaban mi mente mientras trataba de detener el sangrado.

–Todo estará bien, te lo prometo. – hablé –Quédate aquí, no te muevas.

Le pedí besando sus labios y frente. Rápidamente corrí hacia uno de los cadaveres al verificarlo agarre el arma que escondía en su bolsillo y empecé a disparar.

–Jefe.

Hablo Caesar escondiéndose a mi lado.

–¿Quién demonios esta detrás de esto?

Pregunté.

–Buena pregunta, pero la mía es mejor– dijo Iván aclarando su garganta– ¿Quién se atreve a dispararte antes que yo?

Pregunto con furia. Rápidamente, Caesar, George y yo, lo miramos enojados y proseguimos con nuestra labor. Era matar o morir, no había opción para ninguno de los bandos. Al observar a un hombre enmascarado entrar al lugar me propuse matarlo. Aunque este nada hizo, simplemente buscaba algo que no era dinero. Este miraba detenidamente cada parte d ela habitación, incluso al cruzar miradas conmigo nada hizo. Alguien le cubría la espalda.

Con esa acción, no solo dejaron claro su objetivo, sino también su líder. Su búsqueda ligera confesaba que buscaban algo fácil de observar a simple vista. Algo como un omega, osea Étienne. Era obvio que ninguno de mis amigos/enemigos estaba detrás de mí omega. Ellos solo intentaban matarme a mí. Pero si alguien lo considera un objetivo fácil y mi debilidad, es mi amada madrastra, Calina.

–Maldita perra.

Murmure golpeando el suelo. Con velocidad me coloqué en un punto en el que pudiéramos esconderme de forma ligera. Ya ahí apunte el arma al hombre que cerca del mueble se encontraba y le dispare sin piedad. Su protector no dudo en defenderlo, aunque para ese entonces solo su cadáver pudiera salvarse. Tras esperar el momento indicado en el que sus balas se acabaron le dispare con enojo.

–Te ves tan sexy.

Bromeo Taras acercándose junto a Lev.

–No es momento de bromas.

Se quejó George.

–Tranquilo dramático, ya todos están muertos.

Añadio Iván levantándose con total libertad. Los tres seguimos sus pasos.

–Tráeme a esa perra.

Ordené. Tengo claro que Caesar sabe a quien me refiero. Tras analizar la situación, le di algunas órdenes mirando la sala que estaba destruida por completo. Aunque poco caso el hice. Tras unos segundo camine hasta el sofá y encontrar a Étienne y Alekseý sin un solo rasguño extra me alegro.

–Yo me quedo con el bebé.

Hablo Alexia agarrando al niño. Con un leve asentimiento levante a el omega del suelo con mucho cuidado. Con el en mi brazos camine hacia afuera en donde varias ambulancia nos esperaba. Alexia fue entrenada para situaciones como éstas, por eso, en cuanto el primer disparo sonó, llamó al hospital más cercano.

–¡Hermano!

Exclamó Aaliyah abrazándome como si una tragedia acabará de suceder. Al mirar sobre su hombro vía ami padre siendo atendido por un doctor. Supongo que por su corazón, por que no tenía ningún rasguño. Un pocomas a la izquierda los forenses sacaban cadaveres por montones. Aunque gracias a Dios ninguno pertenecia a mi familia.

–Aleksander.

Murmuro esa dulce voz. Aunque por la anestesia sus reacciones eran solo de cansancio.

–Dime cariño.

Hable agarrando su mano.

–Alekseý.

Murmuró.

–No te preocupes, esta en buenas manos.

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora