Peligro Ruso

Подозрения

–Señor Aleksander, me alegra informarle que ya ambos están completamente libres del veneno.

Informó la doctora saliendo de la habitación. A mi lado Lev me abrazaba con alegria. Mientras yo solo suspiraba aliviado. Era como quitarme un gran peso de encima.

–Eso si, es imposible borrar los daños que provocó el veneno. Lo que significa que el dolor va a persistir durante algún tiempo. Por eso le recete algunos analgésicos y antibióticos.

Explicó.

–Señor su tío acaba de llegar a China.

Informó Alexia con su típico rostro serio.

–Llámalo, dile que me espere.

Ordené. Bajando las escaleras en busca de Caesar.

–Señor ni se le ocurra. –me detuvo Magdalena – Ya trabaja desde casa, eso es suficiente.

Aseguró cruzandose en mi camino. Sin darle importancia la ignore y seguí mi camino hacia el beta. Con calma le explique a detalle todo y le pedí que consiguiera dos vuelos de avión para China. Yo mismo tomaré venganza. Se cree fuerte por ser el presidente. Sin saber que solo es un mocoso inútil jugando a ser mafioso. Él apenas está empezando mientras que yo crecí en este mundo. Rodeado de armas, drogas y peligros. Un mundo en el que no pedí entrar, pero ahora no puedo salir.

–Señor su tío respondió afirmativamente su orden.

Informó la mujer. En cuanto se trata de convencer a mi tío, ella es la mejor. Su historia romántica es muy conocida entre la familia. Una historia digna de una novela.

–Si...

Murmuré. Rápidamente me despedí y subí las escaleras para finalmente observar al omega. Él observaba a du hijo que dormía a su lado sin ninguna preocupación. Sobre eso pecho la pequeña Natascha acompañaba a su hermano en tal acción.

–¿Te irás?

Pregunto.

–Tengo que hacer pagar a todas las personas que los lastimaron.

Explique con simpleza. Su ojos tristes se concentraron en los míos.

–¿Por que no simplemente dejas que todo siga su curso? – pregunto –Los niños y yo ya estamos mejor. No tenemos ningún problema, ¿por que arriesgarse a traer más?

Añadió. Sus ojo rogaban uan respuesta positiva ante sus reclamos. Aunque sus palabras solo son sueños lejanos.

–Étienne, la única forma de detener esto es la muerte. Y yo tengo una familia por la que luchar así que no pienso morir.

Respondí sus insistentes preguntas. Con simpleza se rindió y me abrazo. Aunque sus feromonas se pusieron alerta cuando la puerta se abrió. Allí Magdalena miraba la situación sin ningún disimulo o intento de alejarse.

–El señor Lang lo volvió a llamar.

Habló finalmente tras un largo silencio. Su mirada seria se concentró en el omega. Pronto me  encamine hacia la chica obligando al omega a soltarme.

–¿Crees que no sé qué mandaste a tus hombres? ¿Qué piensas hacer? ¿Matarme?

Preguntó con burla.

–¿Quién sabe? ¿Quizás te queme? ¿o te torture?

Pregunte usando el mismo tono burlón. A través del teléfono podía sentir su enojo.

–No te preocupes. Encontraré a ese maldito y te enviaré su cabeza en bandeja de plata.

Afirmó con furia.

–¿Por que no en una de oro?

Burle sus amenazas. De inmediato colgó la llamada. Aunque debo de agradecerle. Gracias a él puedo afirmar quien es el infiltrado. Tranquilo me acerco al armario y observo la caja fuerte. Procedo a abrirla y se allí saco una pistola PB del año 1967. Una de las primeras en ser fabricada. Con cuidado coloco un silenciador ante la atenta mirada de ambos omegas presentes.

Al asegurarme de que tuviera balas y quitar el seguro apunto rápidamente a la chica y le disparo en el brazo izquierdo. Sus gritos se evaporan en la habitación en cuanto la amenazó con la misma.