Божье наказание

938 83 0
                                    

A tan solo dos semanas del nacimiento del pequeño Alekseý, su fiesta de bienvenida se llevará a cabo.

–¿Me veo bien?

Pregunto al omega mirándome con algo de preocupación.

–Te ves perfecto. Solo falta... esto.

Respondí dibujando un pequeño punto rojo en su frente. Con una sonrisa burlona se levantó y camino hacia el moisés en el que el pequeño esperaba pacientemente.

–¿Tú que crees?

Le pregunto besando su frente. En respuesta el bebé tocó su  rostro sonriendo levemente. Apesar de no poder ver absolutamente nada, él podía sentir el calor y olor del cuerpo de su madre e padre. Más de su madre, pero quien se fija en los detalles.

–Bajemos, ya nos deben estar esperando.

Sugerí abrazándolo por la espalda. Con un leve asentimiento me siguió hasta las escaleras. Desde las cuales ya se veían los invitados. Al mirar a mi acompañante note su pánico ante las miradas atentas de los ancianos. Calmando su desesperación le sonreí y baje un escalón para mirarlo desde abajo. Intentando darle más confianza. Limitando sus nervios, suspiro y siguió mis pasos hacia la primera planta de la casa.

El ver a Mahia y Juay esperándolo abajo arreglo todo. Ambos llamaron la atención de los ancianos que se esforzaban por no convertirse en su próxima cena. Con más confianza el omega se acerco a los tigres que no dudaron en dar vueltas a su alrededor aferrándose a sus piernas.

–Saludos mi gran amigo Aleksander.

Hablo Iván mirándome con uan sonrisa más falsa que mi ex. Este era era acompañado por Adrien, George Petrov y Taras Adriknov. Esos hombres que junto a mí, alguna vez fueron ese grupo de adolescentes rebeldes.

–Suéltame.

Pidió enojado Lev que trataba de zafarse del agarre de su acosador.

–Taras.

Murmure. Este con uan sonrisa nerviosa lo soltó mirando con dolor como se alejaba furioso.

–Es un gusto conocerlo al fin. Señor Lermontov.

Dijo Ivan besando la mano de mi omega con elegancia. Conun leve asentimiento respondió el saludo mientras sostenia a el pequeño Alekseý con firmeza.

–Dejen a mi yerno y nieto en paz chorro de holgazanes sin futuro.

Saludo mi padre abriéndose paso atra vez de todos. Ya a nuestro lado golpeo su copa de champán llamndo la atención de los presentes.

–Hoy con gusto deseo presentarles a mi amado nieto. Que espero no sea como sea como padre, Alekseý Aleksandrovich Lermontov.

Informó mirándome con una sonrisa. La cual respondí con una mirada llena de rencor. Al notar la tensión Étienne, que no entendía nada, agarró la manga de mi camisa obligándome a sonreír ante los aplausos.

–Lo mismo digo.

Me limite a decir. Tras esto la fiesta continuo con normalidad. A excepción de Taras que seguía luchando con contra el destino para enamorar a mi hermano.

–Algún día lo lograrás, vejestorio barato.

Se burlo con ese extraño insulto que el amigable Lev usó  en su contra. El pelirrojo lo miró con odio. La leve risa de Étienne resonó en mi oído embrujando mi delicado corazón.

–¡Oye! Solo yo me puedo burlar del anciano.

Se quejó el omega.

–Exacto, solo él se puede burlar de mí.

Siguió abrazándolo por la espalda.

–¡No te pases!

Exclamó dejándolo, de nuevo, sentado en el sofá. En ese momento la risa de Étienne exploto. Ya siquiera intentaba contenerla solo se reía sin parar. Cosa que llevo a una cadena. Su risa se esparció como un buen chiste, causando que todos los presentes se riera a carcajadas olvidándose del protocolo de este tipo de fiestas. Aunque esta acabó cuando un fuerte sonido resonó. Siendo seguido por una bata que llego directamente al hombro del omega que me miró asustado.

–¡Étienne!

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora