Peligro Ruso

Retour en France

–Pasajeros utilicen sus cinturones de seguridad, estamos a punto de aterrizar.

Anuncio el piloto. El omega a mi lado con una gran emoción obedece las ordenes. Ante esto no puedo evitar sentir amor. Su ternura me llenaba de lujuria y paz. Una mezcla muy extraña, pero efectiva para controlarme. Al bajar del avión nos encaminamos a la salida. Allí los padres de Adrien nos esperaban. Y si no me equivoco también los de Étienne.

–¡Étienne!

Exclama una mujer pelinegra corriendo hacia el omega que no dudó en abrazarla con alegría. Mi instinto se pone alerta al ver al alfa, algo mayor, de cabellos marrones y hermosos ojos azules. A su lado dos chicos pelinegros de ojos marrones saltaron sobre mi omega sin vergüenza alguna.

–Ejem.

Murmura Adrien. A causa del ruido todos nos observan. Aunque rápidamente su vista se coloca sobre el bebé en mis brazos. Una tensión invaluable se forma entre nosotros que nos miramos con curiosidad, analizando cada parte del contrario.

–Mamá, papá, hermanos. El es mi esposo Aleksander y este pequeñín es nuestro hijo Alekseý. Ellos son Aaliyah y Lev, sus hermanos. Caesar y Adrien nuestros amigos.

Explica para aligerar la tensión. Aunque sin lograrlo está aumenta más. Las miradas llenas de odio no faltan  siendo cortadas por un chico que agarra la pierna del bebé.

–¿Este es tu hijo o este?–

Dice agarrando la pierna de Aleksey para después agarrar mi pantalón. Causandole una gran carcajada a Adrien y Aaliyah.

–No Fabian, este es mi hijo y el es mi esposo.

Explica.

–Aaaa... ¿Puedo cargar a mi sobrino?

Pregunta. En respuesta asiento y le entrego al bebe con cuidado. El mismo me sigue buscando con curiosidad.

–Hola Alekseý, soy tu tío más guapo y favorito. Juntos jugaremos Fornite y Fall guys, o Roblox como quieras.

Se presentó agarrando sus mejillas y apretandolas suavemente.

–Tú su tío favorito lo dudo. ¡Yo seré su favorito!

Exclama arrebatando al bebé de los pequeños brazos del niño.

–¡No yo lo seré!

Exclama el gemelo.

–¡Dámelo! ¡Yo se lo pedí primero! ¡Mamá!

Exclama el niño. Ellos eran lo contrario a Étienne. Eran muy habladores y alegres.

–Hola, soy Elizabeth y el es Erick.

Se presentó rápidamente para ir con sus hijos.

–Puede que Étienne te haya perdonado, pero yo no.

Dijo el alfa mirándome con seriedad.

–Entiendo señor Duval.

Me limito a decir. Nuestras miradas se cruzan durante algunos segundos. Ambos luchando por autoridad.

–No, es mi nieto, ¡No se los daré!

Exclama la mujer.

–Mamá no lo levantes así, lo vas a lastimar.

Murmura el omega intentando quitárselo.

–Elizabeth, deja al niño.

Murmura el alfa. La mujer lo mira con un puchero y por fin le da el bebé al omega. Después este no dijo ni una palabra mientras que su esposa hablaba hasta por los codos.

–Aaliyah y Lev, que gusto me da verlos.

Saluda la madre de Adrien una hermosa mujer con rasgos rusos definidos. Una mujer deseada hasta por el mismo diablo.

–Marta.

Murmuró besando su mano, al igual que Adrien.

–Lamento interrumpir, pero ya es hora de irnos.

Anuncia.

–¿No te quedaras en casa?

Pregunto el menor de los Duval.

–No.

Responde acariando su cabeza. Rápidamente se despide de todos y camina a mi lado con leves lágrimas en los ojos.

–Si quieres podemos...

Fui interrumpido.

–No, ya habíamos acordado quedarnos con Adrien, no voy a cambiar nuestros planes. Igual mañana los visitaremos.

Dice, pero sus lágrimas no se detienen. Con un suspiro pego su cabeza a mi pecho para ver a lo lejos esos amenazantes ojos azules mirarme con seriedad. Su padre no paraba de vernos, y para mí rareza eso hizo que mis piernas temblaran y mi cuerpo se paralizará. Sin duda Erick Duval no será una persona fácil de tratar.