Пытка

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–¡Suéltalo Yukita!

Exclamó el mayor de los presentes. El niño se acercó a quien supongo es su madre. Rápidamente agarro su pantalón y lo jaló insistiendo para que se bajara para hablar con él.

–Mamá, ya hice popis, ¿me ayudas a limpiarme?

Pregunto con inocencia.

–Yukita.

Me limite a decir. El alfa obedeció y libero al omega.

–Quédate aquí.

Ordené encerrando a ambos en el baño. Tras esto abrí la puerta de la oficina encontrando una vista extraña.

–Vaya, no sabía que eras ese tipo de alfa.

Dije. Los rostros de los enamorados se enrojecieron con una gran rapidez. Con la misma se separaron y vistieron rápidamente. Con un adumole señal de mi parte, Ya Wing los amarro contra los muebles para visita. Me acerqué con confianza y lo pateé. En respuesta el alfa bajo la cabeza intentando consolar la parte afectada.

–¿Creíste que esto había terminado?– pregunte mirándolo con superioridad –¡Mirame cuando te hablo!

Exclame agarrando su rostro. Aunque se me hizo muy familiar. Su mirar era idéntico al del niño.

–Trae al omega.

Ordené. Yukita las siguió al pie de la letra y tras algunos segundos regreso. El omega de veía sorprendido y b no por que su alfa estuviera atado d emanas y pies. Más bien su vista se concentro en la mujer que hace algunos minutos gemía bajo el de nacionalidad china.

–¿Qué haces aquí hermana?

Pregunto creando un gran silencio. La chica se limito a bajar la cabeza. El omega no pud9 evitar llorar al notar la situación. Causando que los presentes supieran sus identidades. El omega que hace algunos segundos nos negamos a matar era el omega de mi archienemigo. Por lo que el niño era el heredero de todo. Un disparo se escucho a,mis espaldas. Aunque este no hirió a ninguno de nosotros. En su lugar asesino en el acto a la chica.

–Odio a las zorra baratas como tú.

Habló ¿Pavel? ¿Qué hace el aquí? ¿Por que se quiere hacer el héroe?

–¿No creiste que me perdería la diversión?

Pregunto. Su mirada orgullosa me hizo hervir la sangre.

–Hola Aleksander.

Saludo Taras con mucho más orgullo del que preferiría. Tras él, Adrien y Aaliyah caminaban.

–¿Donde esta Étienne?

Me limite a preguntar ignorando su saludo.

–Le dije a Alexia que los llevara a la mansión.– explicó –¿Quién es esta belleza?

Pregunto.

–¡No te le acerques a mi omega!

Exclamó Yung. Con rapidez mi tío Nihcolás lo golpeó descargando tanto su herida como la del omega.

–Eres el que menos debería opinar en esta situación.

Añadió. Pavel simplemente acerco al chico y agarró sus manos con confianza.

–No te preocupes. Yo y mi familia te ayudaremos con este imbécil. Ahora vamos te llevare a un lugar seguro.

Dijo y prácticamente arrastro al omega junto con su hijo fuera del lugar.

–Dan Wang, vigila que no haga nada raro.

Ordené. El beta realizo una leve reverencia y los siguió.

–Tú no puedes vencerme.

Murmuró captando la atención de todos.

–¿Acaso no vez? Ya lo hice.

Hable. Yukita espetó un golpe seco en su nariz obligando la misma a sangrar. Aunque siguió con siendo un orgulloso. Sin dudarlo levanto el rostro dejando que sus moretones resaltaran entre su piel de porcelana.

–¿Le disparo?

Pregunto Ya Wing apuntandolo directamente.

–Ni lo mates, solo hazlo sufrir.

Respondí. El alfa apunto directamente a su intimidad y disparo sin piedad. Su sufrimiento dejó de ocultarse tras su orgullo. Sus gritos era inhumanos, tanto así que su cuerdas vocales se desgarrada lentamente provocado aún más dolor. Los presentes permanecieron a la espera de que el silencio regresara para continuar con su tortura. Pero en cuanto el silencio llegó la respiración del alfa ya era inexistente.

–Maldita sea– murmuré – Encargate de esto.

Ordené y salí del lugar decepcionado.



Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora