распри

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-¿A dónde demonios pensabas ir? - pregunte entrando al lugar. -¿Acaso ibas a volver a tu casita en el campo?

Pregunté con tono de burla. En la familia era más que conocido el odio que mi querida madrastra le tenía a sus padres. Su codicia llegó a tal nivel que los negaba frente de sus propios hijos. Si yo me hubiera enterado de que iba a tener una hija tan malagradecida me hubiera tirado de por las primeras escaleras que viera.

-Eso a ti no te importa. - habló -¡Deja que tu padre se entere de esto!

Amenazó.

-¿Mi padre? Él ya lo sabe.

Respondí.

-Él jamás dejará que me pongas una mano encima.

Aseguró. Si tan solo supiera que mi madre sufrió las implicaciones de su furia. Aunque reconozco que a Calina la amo mucho más.

-¿Crees que me importa lo que diga?- murmuré enfadado. - Te atreviste a lastimarlo y pagaras por ello.

Solté liberando mi ira contra la silla en la que se encontraba.

-Caesar encárgate de esta basura. - ordene- después despejala de sus pertenencias y déjala en Tsovkra, asegúrate de que trabaje hasta el cansancio.

Añadí enojado.

-Hijo estas siendo muy rudo.

Intento persuadirme mi padre. ¿Estoy siendo muy duro? ¿No es como si la hubiera golpeado? Solo trabajará durante el resto de su vida en el campo. Si tan solo no hubiera sido tan codiciosa, quizás pudo vivir una vida llena de lujos y comodidades en la mansión.

-Es poco comparado con lo que tú le hiciste a mi madre.

Solté enojado. ¿Como se atreve a hablar de rudeza? Incluso los animales reconocen su lugar.

-¡Aleksander!

Exclamó. En respuesta lo ignoré y seguí mi camino hacia la sala en la que Adrien me esperaba con un vaso llenod e whisky.

-Ten, esto te relajará.

Dijo.

-Gracias.

Respondí con simpleza. Acompañándonos, Aaliyah se dedicaba a fumar un cigarro con tranquilidad. Toda mi vida he querido hacer lo mismo, pero, mi cuerpo es incompatible con el tabaco.

-¿Qué vas hacer con mamá?

Pregunto la alfa con seriedad.

-Tranquila, no la mataré, por ustedes. Solo la enviare a Tsovkra, para que pague su condena aportandonos ganancias.

Explique. Inmediatamente, me miró extrañada. Es muy conocido que yo nunca le perdonaría la vida a alguien que intento lastimar a mi familia. Incluso si esa persona forma parte de ella.

-Lo hiciste por Étienne.

Analizó riéndose mientras se recostaba en el sofá.

-Ese chico te tiene loco.

Añadió Adrien mirándome con una sonrisa burlona. Algo enojado por sus burlas me dirigí a la habitación. Yo no he cambiado y no lo haré. Solo por que salve unas cuantas vidas he cambiado. Siquiera Étienne puede cambiarme. Siempre seré aquel alfa al que temerán incluso muerto.

-Alek...

Murmuró Étienne alzando levemente su cuerpo para verme. Con un bostezo se estiro para observarme.

-Vuelve a dormir.

Dije con sequedad. En mi interior una lucha sin fin era llevada a cabo. Por un lado estaba mi orgullo como un alfa Lermontov y por el otro mi amor como Aleksander.

-¿Qué sucede? - preguntó -Te ves enojado.

Añadió tocando mi espalda.

-Vuelve a dormir.

Me limite a decir nuevamente. No deseaba hablar con él y si por alguna razón lo hacía, mis palabras no serían amorosa y sinceras.

Con seriedad se recostó sobre la cama dándome la espalda. Ya siquiera se quien soy. ¿Cuándo esos par de cielos se convirtieron en mi debilidad?

-Sniff...

Murmuró desde la cama en posición fetal. Con un suspiro me acerque y lo abracé por la espalda.

-Lo siento, no debi hablarte asi.

Me disculpe aceptando mi realidad y por primera vez en la vida de Aleksander Garryovich Lermontov, el amor gano la batalla que lo atormentaba día y noche.

Peligro RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora