Capítulo X: Ayuda

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...Lucas...

Después de clases llegué corriendo súper rápido a casa, Adrián y yo vamos a ir al parque a practicar con nuestras patinetas y debo aprovechar mientras mamá no esté en casa.

Subo a mi habitación, dejo mi maleta, le doy de comer a Daniel y salimos para encontrarnos con Adrián, como mamá no está Daniel se tiene que venir conmigo, la verdad no me molesta, es muy divertido.

Pero cuando salgo de casa y empezamos a caminar veo algo que llama mi atención.

Hay una chica, está sentada entre la casa de Alexa y la casa de al lado con sus rodillas pegadas al pecho. Cruzo la calle y escucho sus sollozos, está llorando y mucho.

-Daniel-me agacho para verlo a los ojos-ten mi patineta y quédate aquí

-¿dónde vas?-me pregunta-

-tengo algo que hacer-le respondo sin despegar mi vista de la chica-avísame cuando venga Adrián

-está bien-me sonríe-

Camino despacio hacia aquella chica y cuando estoy a su lado me arrodillo.

-hey-susurro muy bajito-

La chica alza su mirada y gira a verme, su cara está algo pálida lo cual es raro ya que sus mejillas están rojas, tiene unos bonitos ojos café que apreciaría mejor si no estuviese llorando.

-¿quién eres?-me dice entre sollozos y un tono tan bajo que casi no la escucho-

-me llamo Lucas-le digo-te he visto aquí y me he preocupado

-no me conoces-susurra y llora aún más-las personas no se preocupan por chicas como yo

-no digas eso-coloco mi mano en su espalda-nadie merece estar escondida en un lugar como este y encima de todo llorando

-soy un asco, un error, un maldito error-sigue susurrando-

Me rompe el corazón ver a esta chica así, se van dulce y buena pero tan frágil y rota a la vez.

-no digas eso-la abrazo y siento como ella me corresponde-

Necesita ayuda *pienso*

-todos estamos aquí por algo-le susurro muy despacio-todos sufrimos en algún momento, algunos más que otros porque a los ángeles, bueno por alguna razón así les toca, así es para que ellos se vuelvan fuertes y aunque muchos de ellos están solos, en algún momento encuentran a alguien que los ayuda a volar otra vez

-¿por qué haces esto?-me dice sin dejar de abrazarme-soy una desconocida

-me gustaría que un extraño hiciera esto por mí-le digo-además no pierdo nada ayudándote, al contrario sería lindo ganarme una sonrisa tuya

Entonces ella deja de abrazarme y me mira directo a los ojos, una pequeña y tímida sonrisa se forma en sus labios y yo se la devuelvo. Le extiendo la mano y la ayudo a levantar, creo que está un poco mejor.

-gracias, Lucas-me dice-

-no me lo agradezca-acomodo un mechón de su cabello castaño-¿cómo te llamas?

-Brianna-responde con las mejillas sonrojadas-

Que tierna, es como una niña pequeña, así como Daniel. Brianna podría ser como mi hermana menor.

-¿cuántos años tienes?-le pregunto-

-17

-¿te sientes mejor?-la miro atento-

-sí-asiente y me sonríe un poco-eres un gran chico Lucas

-¡LUCAS!-escucho gritar a Daniel-

-¿qué ocurre?-lo busco con la mirada-

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora