Capítulo LXXII: Hermanos y vestidos

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...Alexa...

El timbre sonaba incesantemente y yo no tenía planes de bajar y abrir la puerta, estoy muerta de cansancio, sólo quiero dormir hasta mañana.

Me tapé con la almohada y bufé, no pienso bajar ni aunque sea el presidente. Ayer tuve demasiadas emociones y todo anda bastante mezclado en mi cabeza, me dormí pensando en aquel hombre y su esposa embarazada pues la consciencia no me dejaba cerrar los ojos, fue una noche tortuosa; además todo lo que me dijo James también me dejó pensando porque nunca pensé que una persona tan fuerte, decidida y buena como lo es él alguna vez haya tocado fondo, no puedo imaginármelo lleno frustración con él mismo. Todo eso me hizo ver una pequeña posibilidad en el enorme horizonte de dudas que tengo, ¿Puedo yo hacer eso? ¿Puedo llegar a cambiar como lo hizo James?. A estas alturas del partido ya no tengo ni idea de qué hacer con mi vida, simplemente haber muerto junto con mamá no hubiese sido tan malo o mejor aún, haber muerto en su lugar, ella merecía más cosas que yo.

El timbre dejó de sonar al fin, me saqué la almohada y suspiré aliviada. No me duró mucho ya que unos minutos después mi celular sonó. Golpeé el colchón y agarré mi celular, ¿Es mucho pedir que me dejen dormir?

James

¿Quieres abrirme la puerta?, llevo como media hora tocando y ya me estoy cansando. >.<

Si no bajas enseguida me meteré por la ventana.

Recibido 10:21

Alexa

No, no quiero porque no me place bajar las escaleras -.-

Tengo sueño, estoy cansada y sigo en mi cama, si quieres entrar por la ventana, adelante, nadie te lo impide.

Enviado 10:23

James

Perfecto, a ti te gusta hacer las cosas por las malas. Cuando esté arriba vas a tener que hacerme caso en todo, revoltosa.

Recibido 10:27

Dejé el celular en la mesita de noche junto a la cama y cerré mis ojos para volver a dormir. Escuché unos ruidos afuera y como ya sabía que era James tratando de subir a mi ventana seguí sin hacer nada. Cuando los ruidos dejaron de escucharse, supuse que James había descubierto que no se puede subir esa ventana así que sonreí pero para mi mala suerte descubrió el sótano y quién sabe cómo se metió por ese lugar.

-¡Buenos días!-escuché su sonora voz al abrirse la puerta-

-no tienen nada de buenos-susurré y volví a cerrar mis ojos-

Entonces la luz entró a mi habitación ya que mi querido hermano abrió por completo las cortinas y la ventana; iba a decirle algo cuando de pronto ya me había quitado mi colcha y tirado al piso.

-¿Qué haces?-lo miré algo molesta-

-despertándote-sonrió-hoy es un lindo día así que te llevaré hacer cosas divertidas de adolescentes para ver si logramos cambiar ese genio espantoso que tienes-rió dulcemente-

-no, gracias-le dije-prefiero dormir

-y yo quiero ir a Irlanda-hizo una mueca-pero no todo se puede así que te sugiero que te levantes de esa cama, te metas en la ducha, te cambies y bajes a desayunar antes de que te haga hacerlo por las malas

-eres insoportable a veces-negué con la cabeza-¿de dónde sacas tanta energía?

-yo que sé-empezó a bailar de una forma muy extraña-

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora