La chica de cristal

Capítulo XII: Disculpas

...Lucas...

Hoy hay en la tarde hay reunión de estudio en casa de Adrián.

Será divertido y espero que podamos hacer un buen trabajo porque todos en el grupo necesitamos un casillero de 10 para vivir en paz un tiempo. Por algunas razones en concreto nuestro equipo no será el mejor de la clase y eso dificulta todo. Razón número uno, no tenemos ni idea de que vamos hacer; razón número dos, Adrián y yo no prestamos atención a la clase por estar jugando; razón tres, Alexa dudo que ame la biología y bueno tal vez Kiara nos pueda salvar aunque dudo que quiera hacer algo si no la ayudamos.

Y hablando de Alexa, tengo que pasarla viendo para ir a casa de Adrián, sinceramente no sé si eso es bueno o malo pues ya he tenido suficientes discusiones con ella.

Hoy las clases han pasado de lo más normal, todo bien hasta la hora de salida en que Kiara vino corriendo a decirme algo.

-¡Lucas!-me llama-

-dime-giro a verla al reconocer su voz-

-no sabes lo que me ha pasado ayer-me dice-pensaba contártelo pero no había tenido la oportunidad

Que me diga que Adrián la besó al fin *pensé*

-conocí a un chico realmente increíble-me dijo con una sonrisa-

Bueno, casi.

-¿enserio?-le pregunto levemente curioso-

-ayer el idiota de Marco se ha querido propasar conmigo-me cuenta con el ceño fruncido-y ese chico lo vio y lo ha puesto en su lugar

-Vaya...-asiento lentamente-que bien Kiara y ¿cómo se llama?

-Nicholas-sonríe-es alto y tiene unos preciosos ojos color ambar, y su cabello castaño oscuro es...

Kiara se queda a media palabra al darse cuenta de con quien habla, soy su amigo pero no soy una chica para escuchar como me describe un chico. De seguro mi cara refleja confusión y desagrado pues ella ríe al mirarme.

-vale, ya entendí-me dice-no hace falta que lo describa

-que lista-le sonrío-es mejor así

-bueno-me dice-nos vemos más tarde

-claro-le sonrió y sigo mi camino-

No puedo tener un amigo más idiota que Adrián, a este paso ese tal Nicholas le va a ganar a Kiara.

Llegué a casa junto con Daniel, subí a mi habitación, dejé mis cosas y fui a preparar el almuerzo.

Vale, sé cocinar y bastante bien aunque yo lo diga pero es porque lo necesito después ¿quién alimenta al tragoncito de Daniel?.

Bajé a la cocina e hice que Daniel se sentara en el mesón.

-¿qué vamos a comer?-me pregunta-

-pollo y puré-respondo-

-¡siii!-exclama con una sonrisa-

-no te emociones tanto-reí-tranquilo enano

-tengo que contarte un secreto-susurra mientras mira a ambos lados-

Bien, no entiendo para que susurra si sabe que estamos solos.

-te escucho-le pongo toda mi atención un momento-

Tiene una enorme sonrisa en su rostro, juguetea con el salero que estaba en el mesón y ni hablar de sus mejillas. Completamente rojas.

-¿Daniel?-levanto una ceja y lo miro fijo-