Capítulo XVIII: Estar bien

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...Lucas...

Conecté mis audífonos y puse un poco de música, aún debo esperar a Adrián.

Me pregunto qué es lo que estoy haciendo.

Intento ayudar a todos quienes me rodean aunque yo mismo a veces no este bien, me siento bien con eso pero al mismo tiempo me siento mal cuando no puedo hacer nada por quienes me importan. Es verdad que no sé lo suficiente para ayudar a Brianna, o que no puedo entender lo que sucede con Alexa e incluso que no sé que consejo darle a Adrián. Son amigos, mis amigos, jamás se deja solo a uno. Es algo extraño que me sienta así pero supongo que son por tantas cosas del día de hoy. Seguro mañana estaré bien de nuevo.

Me dediqué a navegar en redes sociales hasta que Daniel apareció en mi habitación; me quité los audífonos y lo miré.

-¿qué ocurre?-le pregunté-

-el teléfono-me dijo-estaba sonando

-¿contestaste?-me bajé de la cama-

-sí-respondió-es un señor

Fruncí el ceño un instante y luego bajé a contestar. No sé quién podrá ser. Tal vez alguien del trabajo de mamá, siempre suelen llamar a molestar.

-¿Diga?-cogí el teléfono-

-¿está Amanda?-preguntó un hombre al otro lado del teléfono-

-no-respondí-¿quién la busca?

-Dan-respondió con simpleza-

Me quedé congelado al escuchar su nombre; mis manos empezaron a temblar y las palabras no querían salir de mi boca.

Ahora no.

-¿hola?-me sacó de mis pensamientos-

Tomé aire y me arriesgué a preguntar.

-¿Dan...Blake?-solté con dificultad la pregunta-

-el mismo-me dijo-¿con quién hablo?

Infeliz.

-nadie-respondí frío-yo le avisaré que llamó

Y colgué la llamada.

Subí a mi habitación totalmente sacado. No podía procesar lo que acaba de ocurrir.

¿Cuántos años han pasado?. Él no tiene el derecho de llamar a esta casa después de todo lo que sucedió, yo no lo voy a permitir. Podré llevar su apellido pero eso no lo hace mi padre.

-Daniel-entré en su habitación-

Recorrí el cuarto con la mirada y no lo vi por ningún lado.

-¿Daniel?-volví a llamarlo-

Entonces vi la puerta de su baño entreabierta así que fui hacia allá.

Cuando entro lo encuentro jugando con unas pinturas o eso creo, la bañera estaba llena de agua azul y roja.

-¿qué crees que haces Daniel?-lo reprendí, mi voz sonando severa-¿por qué pusiste pintura en la bañera?, mamá nos va a reprender, ¿no te he dicho que no hagas travesuras?-estaba molesto-

-lo..lo..siento-sus ojos se cristalizaron al instante-

Me sentí mal medio segundo después. Daniel es solo un niño, no puedo enojarme con él por eso, no puedo desquitarme con otros por lo que me pasa. Eso está mal.

Tomé suficiente aire como para tranquilizarme y sonreí para Daniel. Caminé hasta él y me arrodillé frente a la bañera.

-no importa-lo miré-lo siento

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora