Capítulo XLVII: ¡No me gusta nadie!

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...Alexa...

Si se preguntan qué es lo que estoy haciendo, pues...

No tengo ni la menor idea.

Solo sé que hace 30 segundos atrás le he dicho a James que es mi hermano y 30 segundos después he salido corriendo. Y es que fue extraño pero lindo a la vez, aunque también cabe la posibilidad de que James se haya sacado de onda con eso a pesar de querer aparentar que no. Sin embargo me digo que aunque a mi me afectó de sobremanera el saber la verdad ello no quiere decir a James le pasará igual...él es mucho más fuerte que yo, él se toma las cosas siempre por el lado bueno, sin prisas, sin temor, tanto que a veces me gustaría ser más como él.

En fin, corrí hasta llegar a un pequeño parque del sector, me escondí detrás de un árbol y aunque parecía bastante infantil era divertido. Todo iba bien hasta que sentí alguien detrás de mí, volteé y no era de sorprender ver a James así que lo empujé y empecé a correr de nuevo, sólo que esta vez si me alcanzó, me dio un fuerte abrazo y cuando menos me lo esperé me colocó encima de sus hombros como si de un saco se tratase, empezando a caminar lejos del parque con toda tranquilidad.

-¿qué diablos haces?-chillé-¡bájame ahora mismo!

-uuhh...-rió-que miedo, eres menor que yo

-solo son dos años-me quejé-bájame o te arrepientes pelirrojo

-son tres años-me corrigió-tengo 21, duh

-¡bájame ahora!-le ordené-

-¿o qué?-sentí su sonrisa burlona al decir aquello-

-¡Aaah!-grité exasperada-

No estaba acostumbrada a esas muestras de cariño y diversión así que era normal el no saber como reaccionar exactamente.

-ok, ok-se detuvo-

Mis pies al fin tocaron el suelo y di un suspiro por ello.

-eres un tonto-lo miré-no vuelvas hacer eso

-va-bufó y flexionó brazos detrás de su cuello-¿a que no te molestaría si fuera ese tal Lucas?

-¡JAMES!-le grité y me crucé de brazos-¡cállate!

-just saying-sonrió-¿quieres ir por una hamburguesa?

-grr...-gruñí mirándole con un enojo mal disimulado-

-ya, dale-me insistió-

-vamos-terminé aceptando-pero tú pagas

Fuimos a un Mc Donald que queda relativamente lejos de ese lugar, al principio decidimos caminar pero la flojera me pudo y tomamos un taxi.

Llegamos al local, hicimos la fila, discutimos porque hamburguesa era mejor, si la de queso doble o la de huevo, fue una pelea interminable, tonta y divertida. Pedimos nuestras ordenes, subimos al segundo piso, nos sentamos en una mesa junto al gran cristal que había por ventana y empezamos a hablar y degustar nuestras hamburguesas.

-entonces...-James me miró antes de meterse una papa a la boca-

-¿entonces que?-levanté una ceja y le di un sorbo a mi refresco-

-te soy sincero-sonrió-esto es extrañísimo y no sé que decirte

-ni yo-respondí-pero no es obligación que quieras verme como tu hermana solo porque Scott sea nuestro padre-me encogí de hombros-

-no es eso-hizo una mueca-¡eres demasiado grande!,tendré que hablarte sobre chicos y tu primera vez

-¡James!-agaché la cabeza y sentí sonrojarme por primera vez en mi vida-

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora