Capítulo XXXIX: ¿Quién te cuida?

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...Lucas...

Llevé a Daniel a casa de Jine para que jugaran un rato juntos.

Me quedé sentado a su lado viendo como jugaban con ese pequeño muñeco que llaman su hijo y solo reía por sus travesuras.

Aún sigo en estado de shock por todo lo que me dijo Alexa hace rato, significó bastante para mí. Tal vez y ella tiene razón, solo debo aprender a enfrentar lo que siento, quizás mamá puede ignorarlo, quizás ella es más fuerte que yo y estoy seguro de que lo es pero, siento que está mal.

Me duele ver a Dan a la cara y recordar todo ese infierno que vivimos, y al mismo tiempo lo veo y sé que es mi padre, que él me dio la vida, que no lo he visto hace 6 años. Lo traté como él hacia conmigo y me sentí una basura como se lo dije a Alexa, porque no quiero ser como él, quiero ser mejor, quiero poder darle un buen ejemplo a Daniel y demostrarle a mamá que soy lo suficientemente fuerte para olvidar.

Pero sé que por mí no lo haré, soy demasiado cerrado y seguir acumulando este resentimiento solo me va a llevar a cosas malas. Por eso, lo haré por quienes tanto quiero.

1.- Lo haré por mamá, porque merece sonreír más.

2.- Lo haré por Daniel, porque es más feliz de esta manera.

3.- Lo haré por Alexa, porque ella confía en que puedo.

4.- Lo haré por Adrián, Brianna y Kiara, porque sé que cuando me necesiten estaré allí.

5.- Lo haré por mí, porque lo necesito.

-Lucas-mi pequeña cuñada me sacó de mis pensamientos-

-¿Qué pasa linda?-le sonreí-

-¿quieres cargar a Daniel?-me preguntó-

-¿cuál de los dos?-reí-

-el bebé-me dijo mi hermanito-duh

-los dos son unos bebés-hice una mueca-

-yo no soy un bebé-se quejó Daniel-yo soy un niño grande

-claro-le dije-lo que diga señor Blake

-ten-Jine me dio el muñeco-despacito, cuidado se cae y lo haces llorar

-si señorita Blake-le dije-

Jugué con ellos un poco más y ya luego nos despedimos de Jine y nos fuimos a casa.

Mandé a Daniel a ducharse en lo que yo hacía la merienda, mamá está trabajando mucho más estos días, sus jefes la están presionando así que debo ayudarla en lo que puedo.

Dejé friéndose algunas cosas y me puse a arreglar la sala que estaba hecho un desastre, camisas mías en el mueble (no sé porque están allí), juguetes de Daniel en el piso, cuadernos en la mesita, las mochilas en los rincones, no sé como es que todo viene a para aquí; en fin, recogí todo y barrí.

-Lucas-escuché a Daniel bajando las escaleras-

-¿qué pasa enano?-le pregunté-

-no encuentro mi gorrito-hizo puchero-

-¿cuál?-lo miré-

-el de pikachu-me dijo-

-¿lo buscaste en el armario?-le dije-

-sí..

-¿en los cajones?

-sí, lo hice

-¿debajo de la cama?

Daniel me miró y subió corriendo las escaleras, regresé a la cocina y coloqué los platos en la mesa, cuando Dani regresó ya traía puesto su gorrito.

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora