Capítulo XLI: Excabando en el pasado

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...Alexa...

El auto era grande y muy espacioso, entramos todos cómodamente, James conducía, Max iba muy entretenido jugando a quien diablos sabe con Brianna, Sebastián se veía cansado y se echó a dormir así que tenía todo el trayecto para interrogar a Nicholas. Ya sé que no es de mi incumbencia pero ¿quién no tendría curiosidad en mi lugar?. Además que mientras James maneje no podré hablar con él, no quiero que ocurra un accidente o algo así, él maneja sin tener precaución de su velocidad.

-¿cómo has estado?-Nicholas empezó la conversación-

Bien, saquémosle provecho a este tedioso viaje.

-bien-respondí-¿tú?

-regular-hizo una mueca-anoche estuve de guardia con Sebastián

-con razón se durmió-le dije-

Bueno, al menos ahora eso tiene sentido.

-¿quieren que paremos por algo de comer?-escuché la voz de James-

-¿Dónde vamos?-levanté una ceja-

-tranquila, pequeña Kate-me sonrío-sólo les pido que confíen en mí

-vale-suspiré-

-¿tienen hambre?-volvió a preguntar-

-sí-asentí-mucha

-podría desmayarme en el trayecto, viejo-dijo Nicholas en un tono gracioso-

-quiero dulces-Max sonrío-

-yo helado-le dijo Brianna-

-no, rojita-Max la miró-tú estabas algo resfriada

-pero Max...-ella se quejó-

-mejor un refresco Brianna-le sugirió James-

-y una malteada-susurró ella-

-¿eh?-Max se confundió-

-asumo que para Sebastián-le eché una mirada a Brianna y luego una a él, quien dormía aún-

Vi un leve rubor en sus mejillas y asintió.

-vale-nos dijo James-en la próxima paro y compramos todo

Sonreí al ver a James siempre igual, preocupado y amable con todos, incluso con Sebastián aunque todos aquí sabemos que no se llevan. Hoy se veía de maravilla, mirar sus ojos azules era lo mejor que había porque me hacían sentir bien, me hacían sentir que no estaba sola y aunque sea ese pequeño rasgo nos hacía un poco más cercanos; lo estuve observando un rato y a pesar de ir concentrado en el manejo siempre esbozaba una sonrisa de sus labios, por alguna razón hoy está mas risueño de lo normal.

-tu cabello se ve más rojo con el sol-le dije al cabo de un rato-

-gracias-sonrío aún más-

-¿te gusta enserio?-le pregunté-

-me gusta mi cabello-afirmó-¿a ti no?

-pues si-hice una mueca- pero...¿por qué te lo pintaste?

-el color natural es castaño-me contó-pero un día en un arranque algo loco quise cambiar mi apariencia y me gustó el rojo

-a mi me gusta el azul-habló Brianna-

-a James le sentaría el rosa-se burló Max-

-no empieces, Wood-James hizo una mueca-

Negué con la cabeza y de pronto caí en cuenta de que Nicholas me estaba mirando.

-¿y tú que?-le pregunté-

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora