Capítulo XVII: ¡Vaya día!

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...Lucas...

Realmente aún no entendía que acaba de pasar pero no lo iba a pensar.

Alexa está muy mal y no me gusta verla así, ella realmente está sufriendo sea lo que sea que le suceda. Jamás la había visto llorar, eso si fue nuevo, es decir, es Alexa, ella puede estar enojada como puede reírse pero ¿llorar?, eso no estaba dentro de mis parámetros sobre ella, no hasta el día de hoy.

Traté de ayudarla como pude pues no sabía en sí que hacer para que dejase de llorar. En realidad fue una espantosa idea preguntar por sus padres. Siempre que veía a Alexa mi "hipótesis" sobre su vida era que ella es muy rebelde, yo pensaba que tal vez se escapó de su casa y por eso vivía sola, por alguna estúpida razón nunca cambié esa opción. No me gustaría perder a mi mamá o a mi hermano, yo no sería tan fuerte como ella ha demostrado serlo.

-¿ya estás mejor?-le pregunté-

Asintió despacio mientras acomodaba su cabello.

-gracias, Lucas-me dijo-de verdad

-no es nada-le sonreí-

-y lo siento-susurró-

-¿por qué?-levanté una ceja-

-por todo-respondió simple-

Suspiró pesadamente y luego clavó sus ojos azules en los míos.

-por todo lo que te hice-volvió a decir-y por lo que probablemente te haré.

-¿hmm?...-la miré confundido-no te preocupes, Alexa

Ella se paró del sofá y me miró tratando de sonreír. Su sonrisa era tan forzada y sin ningún tipo de emoción pero sé que lo hace para que yo no me preocupe o para que ya no haga preguntas.

-no sonrías si no lo sientes-le dije-

Alexa frunció el ceño y luego suspiró.

-necesito dormir, Lucas-me dijo sin más-

-íi-asentí y me paré también-yo debo irme, dejé solo a Daniel

-ve entonces-me miró-

Iba a salir de casa de Alexa cuando de pronto recordé la razón por la que había venido a su casa.

-Alexa-me giré para verla-¿por si acaso, tú no tienes un cuaderno de Adrián?

-no-respondió-no lo he visto

-está bien...y Alexa-le sonreí-todo irá bien, tranquila

-sí, espero-me dijo-

Salí de su casa y llamé a mi amigo para avisarle que su cuaderno se extravió. Luego fui a la habitación de Daniel , estaba muy tranquilo haciendo su tarea, tener un hermanito como él es lo mejor que puede haber, nunca da problemas.

-¿cómo vas enano?-le pregunté-

-ya acabé-me respondió-pero tengo hambre

-tú solo pasas con hambre-le dije-pero esta bien, vamos a comprar algo

-¡sii!-se bajó de su silla-

Daniel sacó su triciclo y yo mi patineta, decidimos dar unas vueltas antes de llegar a la tienda.

-¿por qué tardaste?-me preguntó-

-estaba con Alexa-respondí-

-¿la vecina?-volvió a preguntar-

-sí-respondí-

-¿te gusta?-siguió con su inocente interrogatorio-

-no-negué con la cabeza y miré hacia otro lado-¿por qué siempre preguntas lo mismo?

-¡mentiroso!-rió-si te gusta

-que no-le dije-

-te estoy viendo-entrecerró los ojos y me señaló con sus deditos-es una mentira, yo sé lo que es una mentira. Tú no me miras cuando dices mentiras. ¿por qué me mientes Lucas?, tú no puedes hacer eso

Empecé a reír como loco por el tono de seriedad en que hablaba Daniel. Decía todo como si fuese lo peor de mundo.

-vale-suspiré-tal vez me gusta

-tienes que comprarle chocolates-me dijo con una sonrisita-a las niñas les gusta el chocolate

-claro-negué aunque con una sonrisa en mi rostro-

-tú no sabes-me dijo y siguió en su triciclo-

Llegamos hasta la tienda y compramos unos refrescos y unas galletas. Nos sentamos a comer en un parque de por ahí cerca.

-dame una de tus galletas-me dijo Daniel-

-no-respondí-

-¿por qué no?-hizo puchero-

-tienen mucho chocolate-le expliqué-sabes que no puedes

-pero yo quiero una-insistió-

La verdad me da pena negarle algo a Daniel pero cuando el come mucho chocolate se pone algo hiperactivo y es difícil de controlar, eso lo aprendí por las malas. Hace algún tiempo, una navidad para ser exactos, nos regalaron muchos chocolates que mamá guardó en el refri, para su mala suerte Daniel los encontró y devoró la gran mayoría; tuve que vigilarlo hasta que dejara de hacer escándalo y brincar por todos lados, el chocolate lo descontrola, tanto así que de un momento a otro se me escapó a la calle y casi me muero, literalmente.

-come las tuyas-le dije-están muy buenas

-está bien-aceptó sin quejas-

-¡Lucas!-escuché que alguien me llamaba-

Giré enseguida y recorrí el lugar con la mirada hasta que divisé a Kiara....con un chico, lastima que no es Adrián. Ese más idiota y muere.

-hola Lucas-me saludó-

-hey, Kiara-le sonreí-¿qué tal?

-bien-asintió contenta-quiero presentarte a alguien

-ya-hice una mueca-adivino...¿Nicholas?

-sí-ella rió un poco nerviosa-

-vale-le dije-

Él chico se acercó y me saludó.

Este no tiene la culpa de que Adrián sea un idiota pero a este paso mi pobre amigo va quedar algo dolido. Este tal Nicholas le va hacer buena competencia, asumo que para las chicas es atractivo, alto, cabello castaño y ojos ambar....yo estoy mejor que él.

-soy Nicholas-me dijo-tú, eres Lucas ¿cierto?

-sí-le dije-ya me habían hablado de ti, gracias por defender a Kiara

-de nada-sonrió-no podía dejar que ese imbécil le hiciera algo

-razón-asentí-

Estuvimos un rato conversando hasta que decidí ya irme no más. Necesito hablar con Adrián, es mejor, él es mi amigo no este tipo.

-me tengo que ir-le dije a Kiara-nos vemos

-sí, está bien-sonrió-cuídate

Tomé la mano de Daniel y nos fuimos a casa.

Mi hermanito se puso a ver televisión y yo entré a mi habitación para llamar a Adrián.

-eh, Lucas-me dijo-¿qué pasa?,¿encontraste mi cuaderno?

-no-le dije-hay algo que quiero contarte hermano

-¿de qué?-preguntó-

-con respecto a Kiara-le dije-

Se quedó callado un momento y luego habló.

-¿voy para allá?-me dijo-

-sería lo ideal+respondí-

-vale-suspiró-¿por qué siento que son malas noticias?

-buena intuición-le dije-

Colgué la llamada y me puse a andar en mi laptop.

Vaya día.

Espero ya no pueda empeorar más.

Ya fue demasiado para mí por hoy, necesito un descanso.







La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora